Mímesis
Creemos que el arte ha estado en constante cambio a lo largo de los tiempos, pero, ¿y si solo es la reinterpretación de un mismo concepto?
Mímesis viene de la palabra latina imitatio (imitación), pero no siempre se ha relacionado este término de igual manera.
Nos consta que originariamente la mímesis estaba en relación con el rito dionisiaco. La música, el canto y la mímica, eran las artes protagonistas de dichos encuentros, y a su vez, una puerta de salida para los sentimientos. Es por ello que estaba en vínculo con el carácter interno del ser, no con la realidad exterior.
Sin embargo, el filósofo Demócrito restablecería en el siglo V a.C. el significado de esta palabra:
“En el arte imitamos la naturaleza: cuando tejemos imitamos a la araña, cuando edificamos a la golondrina, cuando cantamos, al cisne y al ruiseñor”
Es así como el concepto de mímesis empieza a ser aplicable en las demás artes, principalmente para este autor en las denominadas utilitarias.
Platón, volvería a emplear la palabra mímesis, pero dándole un nuevo significado. Debido a su teoría sobre el mundo sensible y el mundo inteligible, las artes imitativas son una copia de lo irreal.
Aristóteles, pupilo de Platón durante un tiempo, aceptaría algunas cuestiones sobre la mímesis, pero también las reformularía. Aceptaría la poesía en un sentido amplio, al igual que la música, danza, pintura y escultura. Sin embargo, no descarta la imaginación y la creatividad, no teniendo solo el significado de copia. Por ello pensaba que el arte podía plasmar acciones del hombre, pero de manera general, no con exactitud.
“La imaginación, era más sabia que la imitación, porque la segunda se dedica solo a lo que ha visto realmente, mientras que la primera representa también cosas que no has visto” (Tatarkiewicz)
En la Edad Media se crearán nuevas teorías, principalmente basadas en la creación de obras que muestren el mundo invisible, o que embellece la realidad, encontrando así lo eterno. Esta teoría se radicalizó hasta el pensamiento de que Dios prohibía cualquier imitación del mundo.
En el Renacimiento se le daría una gran importancia en el las teorías estéticas nuevamente. En el siglo VX, la imitatio, sería analizada por Ghiberti y Alberti, aceptando ambos que lo bello debe basarse en la naturaleza. Para Leonardo Davinci, cuanto más parecida a la realidad era la obra, más valor tendría.
Sin embargo, muchos pensadores llegaron a la conclusión de que se debía establecer una nueva teoría. Una vertiente defendía que el arte nunca podrá ser igual que el modelo, y otra, defendía al contrario que la imitación era una labor demasiado simple. Autores como Danti, creían que el artista podía aportar nuevas cosas, e incluso, Robortello, defendía que las obras debían expresar cómo no es la realidad, lo cual compartiría Bernini con la afirmación “la pintura muestra lo que no es”.
Por ello surge el nuevo razonamiento de que el arte tiene más valor que el objeto que le sirve de modelo.
En el siglo XIX, nacería la corriente realista, que quería ser completamente fidedigna, con autores representativos como Balzac. No obstante, se atacó este estilo, destacando las palabras de H. Babou: “Las pasiones y caracteres están empezando a tratarse como el hidrógeno y el oxígeno”. Por lo contrario, Champfleury y Courbet, defenderían que el único cometido del arte es presentar cosas reales, no la abstracción.
Posteriormente a los realistas, nacería la corriente impresionista. El escultor Rodin profundizaría en que la realidad debía ser imitada en el arte, pero con matices.Es así como el artista no sólo debe copiar el exterior de la naturaleza, sino captar su espíritu.
Los cubistas no creían que la representación de la realidad hubiera sido acertada hasta entonces, ya que no sólo es verosímil lo que observamos con la vista. En sus obras intentaban recoger todas las partes de lo retratado, sin ninguna perspectiva concreta, estando el objeto mostrado todos sus lados simultáneamente.
Sin embargo en el siglo XX, se rompería con todo lo argumentado. Según Malevich y Mondrian, bajo su espíritu abstracto, eran completamente antirrealistas. El espectador necesitaba una experiencia estética, no observar lo que ya ve.
Sin lugar a dudas, cada periodo a lo largo de los tiempos tiene una interpretación más a favor o en contra, pero sea como fuese, no hay escapatoria. La realidad esta vigente en cada obra y pensamiento. Intentemos innovar o no, somos imitaciones de lo conocido. Podría ser que cualquier autor sólo es un títere de la naturaleza, que no haya creadores sino copistas, con menos o más seguidores. La única esperanza que nos queda es que lo natural es eterno, pero nuestro entorno cambia, y esto está en nuestras manos. Esperemos dejar un bonito cadáver.