Cuando te digan perrito meneas el rabito

Ilustración por Laura Socas

El abandono de animales (aunque por los mamíferos sentimos más empatía, ¿verdad?) es una lacra que nunca se podrá ni entender ni compartir. No porque sea una crueldad, que lo es, sino porque cuando se abandona a un animal que se ha acogido, o comprado, se abandona una parte de humanidad indivisible, aunque parece que no mucho, del ser humano.

Ahora bien, cuando por falta de humanidad o por otros motivos, se deja tirado a un ser que depende de nosotros para vivir: ¿qué le pasa?

Si es algo menos evolucionado que un gato, probablemente muera en la calle. También depende de la edad con la que se echa o el estado físico, pero eso no es lo importante. Centrándonos en perros (y gatos), cuando alguien los ve: llama a la perrera/albergue/algún sitio que pueda hacerse cargo de ese animal, o se lo lleva a casa, las menos veces.

Aquí es a donde quería llegar yo. Miles de perros y gatos van a las perreras todos los años. Esto es un problema de sanidad pública, dado que si están en la calle pueden ser peligrosos, y si están recluidos puede ser el peor de los futuros. El problema no se reduce en que una perrera o albergue para animales no tiene dinero para mantenerlos en condiciones dignas, o para pagar veterinarios, vacunas, materiales, etc. Si piensas eso, cierra esta pantalla.

El problema, y lo que debería ser foco de todos los esfuerzos, es saber de dónde vienen esos animales y acabar con la fuente del problema, no seguir alimentando animales que nadie va a adoptar o personas y materiales que, finalmente, se destinan a que un animal tenga una vida menos perra.

Esos ingresos y capitales humanos han de destinarse en la elaboración de un borrador de propuesta de ley para acabar de una vez por todas con la compra-venta de estos animales, por ejemplo. También se podrían dedicar a multiplicar los esfuerzos, si es que los hay, que no lo sé, en perseguir el tráfico de animales, los criaderos ilegales y todo el mundo sumergido que lo sostiene. Me parece más sensato que hacer campañas masivas de adopción o intentar unas instalaciones mejores con el fin de hacinar a los inferiores como si fueran mercancías.

También se puede pensar que el sistema es muy fuerte, y no tolerará esos cambios. Por eso los defensores de los animales se pelean por una tribuna en el Congreso. Centran sus esfuerzos en tener un aforado durante una legislatura. Se pueden hacer muchísimas cosas siendo un mero civil, y con todo el dinero de esas campañas electorales. (PACMA)

¿Cuánto dinero por animal se gasta para que viva en un habitáculo de 2×3, por poner un ejemplo, de por vida? Sí, ya lo sé, hay muchos voluntarios que van y los sacan un ratito, así se quedan tranquilos. ¿Es suficiente? Aunque sean “monos” y te quedes con una gran paz interior, haces mal. Sigue sosteniendo ese sistema carcelario.

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2 Respuestas

  1. José Emilio Díez Ferrer dice:

    Cierto, a mí también me parece pésimo el abandono de animales, me da muchísima pena, mucho dolor… Pero lo hacemos con niños que a menos de tres horas de avión mueren de sed cada día. Y hay muchos gatos y muchos perros imprescindibles en lo afectivo para muchos adultos que viven con su mascota y para muchos niños.

    • Victor Jorge dice:

      Muy buenas José Emilio, así es. Los animales cumplen un papel fundamental en las sociedades modernas, y por eso deberían formar parte de la legislación de una manera más contundente. La regulación es capital en este tema.

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