La nueva luz del mundo: John Isaacs
Finalmente, y tal como había prometido el mes pasado, abandonamos los estados unidos para retornar al eurocentrismo propio que nos caracteriza, esa zona de confort tan propia de los occidentales.
El país elegido este mes no es otro que la poderosa Alemania, ese país que tiene a casi toda Europa cogida por los coj**es y marca con su dura batuta el devenir del viejo continente. A pesar de que utilizaremos este territorio como cede central, hay que añadir, que el autor que nos concierne posee sus raíces de Lancaster, UK.
Este autor multidisciplinar, no es otro que John Isaacs. Estudió en L’Ecole des Beaux Artes, Dijon en 1990; completó sus estudios con una Licenciatura en Bellas Artes en Cheltenham Art College en 1991, y una Maestría en Escultura en Londres en el Slade School of Art en 1993. Ha desarrollado múltiples exposiciones por todo el mundo y en sedes tan importantes como la Tate Modern de Londres o el Museo Nacional de Bellas Artes de Kyoto, Japón; Además de participar en la 53ª Bienal de Venecia en el 2009.
Con un amplio y rico curriculum como este, está claro que nos encontramos ante uno de los grandes referentes a lo que arte contemporáneo se refiere, pues tanto reconocimiento y difusión no es algo gratuito, pues en su poder se encuentran obras de lo más rompedoras, críticas y transgresoras del momento.
Este autor no se cierra ante una disciplina en concreto, centrado en ello toda su producción, pues tal y como se caracterizan los virtuosos del campo artístico, se atreve con todo: desde el uso del neón, la piedra, el metal, pasando por la pintura, el dibujo, la tela y diversas instalaciones con todo tipo de materiales. Quizás por el material que sienta más devoción sea la cera con sus obras escultóricas que tanto lo caracterizan, pero como ya dije, puede con todo.
Utilizando el poder de la imagen creas extrañas, viscerales y, en ocasiones, grotescas imágenes que desafían las paradojas cotidianas de la sociedad contemporánea, mostrando cual espejo las terroríficas consecuencias de nuestros tóxicos modos de vida. En sus creaciones encontramos la intersección de la metáfora lúdica y un intenso pesimismo social, exponiendo a los espectadores, la parte más vulnerable de estos, a través de representaciones que manifiestan en su imagen. Un alto consumo de comida rápida, impulsada por el propio consumidor, los recursos de alimento descompensados, el aire y la polución, el envenenamiento de la tierra y demás desastres naturales de nuestra sociedad globalizada.
A través de esta exploración altamente visual, explota los bajos instintos de la humanidad materializada en obra artística de consumo. Isaac también reimagina el mundo a través de una óptica utópica, usando el humor para empujar los límites de la carne, los hueso y la psique humana.