Son Juegos
Donde antes había favelas, piscinas; donde había familias hambrientas, canchas; donde había lágrimas, se oyen aplausos. Y cómo no, el arte pinta encima de esa suciedad llamada ser humano.
Más allá de la inutilidad de infraestructuras ante la que se encuentra Brasil tras los Juegos Olímpicos, la inversión económica, de la cual no sacará beneficios sino pérdidas y el claro aumento de la diferencia social, debemos destacar un giro inesperado. ¿El arte urbano tiene de careta una sonrisa?
Estas olimpiadas no sólo han dejado medallas, sino modificaciones en la Cidade Maravilhosa. En el Boulevard Olímpico, más allá de las actividades culturales ofrecidas durante los juegos, se presentaron una serie de proyectos en el ámbito del grafitti. Sin lugar a dudas, cabe destacar Etnias del artista Kobra. Representa 5 caras de indígenas, una por cada continente participante en los JJ.OO. Simbólicamente representa la unión de distintas culturas del mundo, las cuales conviven en paz y unidas. Pero no ha elegido rostros cotidianos, sino de indígenas característicos de cada territorio: los mulsi de Etiopía (África), los karen de Tailandia (Asia), los tapajós de Brasil (América), los chukchis de Siberia (Europa) y los hulis de Nueva Guinea (Oceanía). La obra está realizada en spray y acrílico y ha batido el récord de mural más grande del mundo con sus 3000 metros.
A este se le uniría Wark Rocinha, el cual pertenece a una de las mayores favelas de Río y desde esta realiza acciones de ayuda social. También Panmela Castro, una artista que proclama los derechos de la mujer con sus obras, se unirá a la transformación de la ciudad.
Sin lugar a dudas, estas obras son indiscutiblemente espectaculares. Los artistas han realizado un trabajo muy impresionante, el cual pasará a la historia no sólo por haber sido realizado para los juegos, sino por su gran envergadura. Han aportado un gran valor a la ciudad, siendo un reclamo para amantes del arte y agradando visualmente a los brasileños.
No obstante, la participación en dicho trabajo deja un sabor agridulce. Bien es cierto que supone un ejemplo para jóvenes neófitos del graffiti ver estos trabajos tan próximos a ellos, creando una esperanza y con ella entusiasmo para nuevos talentos. A su vez, si hay algo que define a un graffitero es la palabra ego. El reconocimiento, sin lugar a dudas, es uno de los puntos más irresistibles de esta disciplina.
Pero, ¿no son partícipes de la pantomima vendida a los brasileños? Reconocemos que gran parte de la población está descontenta con la ejecución de los Juegos Olímpicos. Dicha parte, es la que más castigada está económicamente, viéndose afectada directamente. Él graffiti simboliza ante todo una expresión del descontento con el sistema. Es la libertad en el anonimato, la lucha visual que quiere despertar al pueblo, es la voz de los que solo pueden callar y agachar la cabeza. Es la pérdida del miedo y las ansias de cambio.
En el Mundial de Fútbol de 2014, Río inundó sus paredes de reivindicaciones en contra de los partidos, y los maestros protestaban contra la selección brasileña. En 2014 y ahora, los niños van a clase si no trabajan o están enfermos, los padres dejan de comer para poder alimentar a sus hijos y los jóvenes hace años que no sueñan con un futuro ¿Dónde están sus récords guinness?
Se han establecido bastantes comparaciones entre las multas a graffiteros en España y la permisividad de Brasil para hacer estos murales. Sin duda hay diferencia entre el que paga y el pagado.