Ave Murphy Santísimo
En la historia audiovisual contemporánea pocos son los directores que a pesar de su “corta” trayectoria, no solo se han posicionado, si no que han marcado un ante y un después en este campo.
La gran mayoría los encontramos en el cine siempre, pero es en la pequeña pantalla donde realmente encontramos un sismo y una verdadera innovación. El ejemplo más cercano y característico, en lo que a maneras de hacer y formatos se refiere, es -cómo no- el gran J.J. Abrams. A pesar de también abarcar el cine con gran brillantez, es en sus producciones televisivas, ya sea Perdidos, Flashforward o Alcatraz, donde es más patente la evolución hacia un formato más cinematográfico y de calidad en ese ámbito.
Actualmente el heredero y portador de la nueva sangre lo encontramos en Ryan Murphy, creador de obras maestras como Popular, Nip/Tuck, The New Normal, American Horror Story, American Crime Story o Scream Queens; que a través de un formato revolucionario -sobre todo con el universo American Horror- se ha convertido en el padre de la nueva tele y estandarte de toda una generación.
Finalmente, y por desgracia de muchos, el último capítulo de American Horror Story: Roanoke ha llegado y, como drogadictos en busca de un nuevo chute que sabemos que no terminaremos de encontrar, nos toca pasar por el duro síndrome de abstinencia hasta el año que viene. Por suerte y entre tanto Murphy nos irá dando poco a poco a lo largo del año pequeñas dosis de metadona visual para no perder así ese estado de fanatismo al que nos tiene acostumbrado. Desde aquí quiero rendir homenaje a este genio de los TV shows, haciendo una breve retrospectiva de su carrera donde vida y obra se aúnan como un solo ser.
Nacido en 1965, en Indianápolis, se crio en una familia irlandesa tradicional con férreos principios católicos y dogmáticos. He ahí quizás la clave del uso de tanta iconografía y guiños en sus series, siendo estos siempre usados desde la óptica sarcástica e irónica, donde la crítica es la protagonista.
En el instituto fue presidente del club de fans de Meryl Streep y componente de un coro, experiencia que acabaría siendo reflejada en otra de sus más famosas series: Glee. Años después comenzó la carrera de periodismo y entró a trabajar en el periódico de la universidad de Indianápolis, lo que le conduciría posteriormente a trabajar en The Miami Herald, Los Angeles Times o el New York Daily News.
No es hasta la llegada de los 90 que Murphy comienza a hacerse un nombre en Hollywood. Esto es producido por el mismísimo Steven Spielberg, el cual le compraría un guion titulado Why Can’t I Be Audrey Hepburn?, pues este acababa de dirigir a la actriz en su última película, Para siempre. El proyecto jamás se materializó, pero sí ayudó a este director a darse a conocer en el mundillo.
Su primer gran proyecto fue una serie que, sin lugar a dudas, se adelantaría a su tiempo, y que sentaría las bases de su futura carrera. Esta no fue otra que Popular, una serie que vio la luz en 1999 y que se mantendría en antena durante dos temporadas, las suficientes para demostrar al mundo lo que este productor era capaz de hacer. Para todos aquellos que no la recuerden, se trataba de una desternillante serie centrada en el instituto, donde sus locos personajes destilaban los clásicos dramas y complejos teen. En ella encontramos el origen mater de personajes contemporáneos como Madison Montgomery de Coven o las Channles de Scream Queens, reencarnadas de la original Mary Cherry.
La relación casi matrimonial con la cadena Fox -y sus filiales- partirían de su primera y única serie en solitario: Nip/Tuck, sus primeros coqueteos con la hemoglobina y la violencia. Con esta explícita producción, que contaba la historia de dos cirujanos plásticos, Sean McNamara y Christian Troy, se ahonda en sus rocambolesca, y a veces surrealistas, vidas donde la sangre y la violencia pronosticaban firmas como American Horror/Crime Story. Tuvo mucho éxito y acabaría por convertirse en su primer gran título, que le catapultó a la fama definitivamente.
No es hasta el 2011 con el fenómeno de masas American Horror Story que Murphy recuperó su genialidad, superando y dejando de lado el agujero negro que supuso Glee (2009), que a pesar de convertirse en un fenómeno mundial y tener bastante éxito, es su producción más floja, edulcorada y la que menos le caracteriza.
Con esta obra maestra antológica pasó de creador a estrella, elevando las producciones de la pequeña pantalla a otro nivel. A través de sus pseudoindependientes temporadas, aunque todo fan de la serie sabe que todo está cuidadosamente conectado entre sí, en ese mágico y terrorífico universo hace alarde de la expectación y el misterio capítulo a capítulo; donde tanto la estética y la trama, como los personajes (actores), juegan un papel principal en todas las historias. ¿Qué sería de American Horror Story sin Sarah Pulson, Evan Peter, Jessica Lange, Angela Bassett o Frances Conroy? Y su milimétrica dosificación a lo largo de cada temporada.
Entre temporada y temporada de American otros títulos vieron la luz, y a pesar de su calidad y buena idea, el público no supo captar y se cancelaron, ejemplo de esto es The new normal, una serie de comedia donde se narra la historia de una pareja gay y una simpatiquísima madre de alquiler con una hija que parece la encarnación de Little Miss Sunshine. Y qué decir de la ultraderechista republicana Jane Forrest, la abuela racista y homofóbica que siempre la armaba. Sigo sin entender su fracaso…
Llegamos al 2015 y ve la luz la que será la reivindicación completa y final de su producción: Scream Queens. La segunda serie antológica de Murphy donde se mezclan sus dos géneros favoritos: la adolescencia, (aunque más bien es una post-adolescencia universitaria) y el terror. Una serie desvergonzada, esteticista donde las haya, poco seria y jocosa donde se hace crítica de los millenials y su forma de vida con un mamarrachismo delicioso. Y donde volveremos a ver a muchos de sus actores predilectos, además de estrellas pop, como Nick Jonas o Ariana Grande, donde el morbo reside en cómo morirán.
Ya en el presente, en pleno 2016, se publicaría la que será su tercera antología, American Crime Story: The People vs O.J. Simpson. Una elaboración que promete tener mucho futuro y que sigue la esencia de sus dos antologías anteriores. En esta temporada concretamente se abarca el juicio de jugador de futbol americano, O.J. Simpson, como asesino de su mujer, Nicole Brown, y de Ronald Goldman, un camarero/modelo que se encontraba en el momento y lugar incorrecto. Cómo no, y como ya es propio de este maestro, encontraremos el incentivo con el que siempre juega caras conocidas como: Cuba Gooding Jr. como O.J. Simpson, David Schwimmer como Robert Kardashian, John Travolta como Robert Shapiro o la totémica Sarah Paulson como Marcia Clark. Solo esperar que en la próxima temporada se abarque el siempre mencionado en casi todas sus series Charles Manson.
El futuro de Murphy es prometedor, no ya solo por la confirmación de la continuidad de sus tres grandes antologías, sino por la creación de una cuarta nonata (producida junta a Brad Pitt) que verá la luz, si todo sale bien, en el 2017. Feud, una crónica del más que épico enfrentamiento entre Joan Crawford (que será encarnada por la musa, diva y diosa Jessica Lange) y Bette Davis (encarnada por Susan Sarandon) durante el rodaje de la película ¿Qué fue de Baby Jane? (1962). Además de las mencionadas ya, el reparto contará con actrices como Catherine Zeta-Jones o, cómo no, Sarah Pulson. Casi indispensable ya en sus trabajos, interpretará a Geraldine Page, una actriz que fue nominada al Oscar ocho veces.