Pierre Ange Carlotti
¿Listo para adentrarte en las exclusivas fiestas de la joven élite parisina? Pues allá vamos.
Ese es el objetivo del ya catalogado como enfant terrible de la société parisienne, pues armado con su cámara se adentra en la noche y retrata lo que está oculta al ojo inexperto. Con su visión desafiante y provocadora, documenta una realidad fascinante al que no todo el mundo tiene acceso. Con su trabajo se produce una amalgama de savoir faire francés y la esencia de la juventud. La verdad es que el mérito no recae en colarse en dichos eventos, ya que está muy unido a muchos de los más relevantes iconos de la industria de la moda en París, pero sí recae en él la acción documental de la vida alternativa de la ciudad.
Este fotógrafo propio de Córcega, se mudó a la capital cuando acabó sus estudios con 18 años, y desde entonces como dice él, comenzó una nueva vida dejándolo todo atrás. La escena social parisina es el foco de su creatividad, pues como el mismo argumenta: “Somos un grupo de personas que se apoyan entre sí, y esa es la razón principal de la evolución que está sucediendo en la escena de la moda ahora mismo. La moda de hoy tiene esta sensación sexy porque se basa en la música, la fotografía, el diseño, y todas estas otras disciplinas creativas. Creo que lo nuevo es que en el entorno actual todo el mundo está tan interesado en sus propias capacidades, como en lo que otros son capaces de hacer”.
Su trabajo y vida personal se fusionan como uno solo, pues lo que retrata no es más ni menos que su propia existencia. El desnudo también tiene un papel principal en sus proyectos, “No sólo por el sexo, sino porque cuando me siento atraído por alguien, es más intenso cuando esa persona está desnuda. Hay esa necesidad de agarrar un pedazo de esa carne. El cuerpo desnudo es tan importante porque expresa la intimidad que comparto con los sujetos de mis fotos”.
Su obra, que oscila entre lo periodístico y lo artístico, radiografía la sociedad contemporánea de la capital y nos muestra lo que en un futuro miraremos como fragmentos de la juventud millenial que quedó atrás.
