Chuck Palahniuk
Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra ni una depresión, nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la TV que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock. Pero no lo seremos. Y poco a poco lo entendemos. Lo que hace que estemos muy cabreados.”
En las últimas décadas ha cobrado una gran importancia la investigación en creatividad. Sin lugar a dudas, una de las figuras que más tiempo han empleado en desentrañar los misterios de este fascinante fenómeno es Robert Sternberg. Este psicólogo propuso la teoría del autogobierno mental, y en relación a esta encontró que las personas creativas tienen una función legislativa: disfrutan creando reglas, formulando estructuras y planeando soluciones. Además, presentan una forma de gobierno anárquico ya que tienen muchas metas por cumplir pero no las tienen claras y se oponen a los sistemas preestablecidos para resolver esos problemas. Lo sé porque Tyler lo sabe.
Tras el éxito cosechado por su segundo libro, “El club de la lucha”, Chuck Palahniuk no tardó en convertirse en el escritor mundialmente conocido que es a día de hoy. Fue esta novela la que le catapultó al estrellato por ser adaptada en su versión cinematográfica por el director David Fincher en 1999.
A diferencia de otros escritores Chuck no investiga para poder escribir sobre un tema, es el hecho de que le interese saber más sobre una cuestión lo que le impulsa a redactar apoyándose en ella. En este sentido es frecuente encontrar varias aportaciones de información de lo más variopinta entre sus páginas. Desde los procesos químicos necesarios para transformar la grasa liposuccionada del abdomen de señoras de alto poder adquisitivo para convertirla en explosivos, pasando por el código no escrito de los adictos al sexo para anunciarse a sus benefactores hasta el enorme abanico de posibilidades que ofrece la masturbación masculina.
Lo que le hace destacar entre tantos novelistas es su originalidad, cada uno de sus libros es único. Sus personajes son ciudadanos que no encajan, los hijos pródigos de una sociedad a la que no parecen pertenecer. Es esta exclusión y marginación social la que les lleva a tener conductas autodestructivas. Sus historias tienen estructuras temporales poco usuales junto a giros inesperados en la trama que cambian cualquier concepción construida hasta ese momento. Esto es lo que el autor llama “la pistola escondida” y hace que los finales sean siempre una sorpresa para el lector. Por otra parte estaría la manera de contarlo.