Javiera Mena: Que un tipo de música domine el mercado no pasaba en los 80 ni en los 90
Hemos hablado con Javiera Mena, aprovechando que el pasado 11 de agosto actuó en Phe Festival 2017, después de su prueba de sonido. Nos recibió con una sonrisa y comenzamos hablando de Tenerife, isla en la que se siente como en Chile. Lo poco que había visto le había fascinado y, antes y después de la entrevista, hablamos sobre el Teide, El Drago de Icod de los Vinos o el pasado guanche. Su calidez y una sonrisa siempre en la boca fue lo más característico de la artista chilena.
-En una entrevista a un medio español titularon: “Me gusta la dualidad de la música festiva y la letra introspectiva”. Partiendo de esta premisa, ¿qué opinión te merece la música de éxito mundial actual, con unas letras más simples y unos ritmos tan manidos?
-Creo que espectro musical es muy amplio y puede haber diferentes tipos de letras. Unas que toquen más un tema, otras que sean más simples, que también están muy presentes en la música latinoamericana (en la cumbia por ejemplo, que son cosas muy simplecitas, el reggaetón, muy relacionado con la pasión o mirar una chica); eso creo que es un ámbito. Pero también hay música más espiritual, música más introspectiva (casi que de autoayuda hay algunas canciones), de relaciones de pareja pero abordado de manera más profunda.
Pero sí, un tipo de música ha dominado el mercado mundial de la música comercial. Eso no pasaba en el 80 y en los 90. En ese tiempo había muchas bandas, al menos en Latinoamérica, como los Soda Stereo, Los Prisioneros, que tenían letras muy amplias y no solo relacionadas con el deseo o lo carnal. Ahora la música comercial está muy estrechamente relacionada con todos esos temas. Lo veo por ejemplo con mis bailarinas, que les encanta el reggaetón (a mí me gusta también) pero creo que faltan espacios para otros estilos igual. Cada vez domina más este tópico que es lo meramente sexual y muy masculino también.
-El Instituto Vasco de la Mujer ha propuesto una lista de canciones sexist responsive para las fiestas populares, dejando fuera canciones como ‘Felices los cuatro’ de Maluma o ‘Me enamoré’ de Shakira. ¿Qué te parece que se dejen fuera de juego canciones como estas?
-No sabía de este tema en concreto pero el reggaetón es así, el sexismo está implícito en el estilo. Tiene mucho de deseo explícito, dicho con las palabras más explícitas que puedan existir, sexo, lo carnal… Censurarlo creo que tiene un aspecto negativo, es como cuando le prohíbes algo a un niño, más publicidad le da al reggaetón.
El reggaetón va de la mano con chicas detrás semidesnudas y que el poder está en el hombre. Pero siento que a las chicas que les gusta el reggaetón también les gusta eso. Lo veo como una transa sexual, no es que los hombres las estén obligando a estar ahí amarradas, si no que se dan la mano.
Aunque también te hace pensar: “bueno, se estará censurando por algo…”. Pueden pasar diferentes cosas con la censura depende de la persona. A mí me llama la atención y me gustaría meter más en el tema. Es complicado lo de la censura, sobre todo en la música. ¿Quién pone el límite?
-En Latinoamérica llegan casi hasta la idolatría por cantantes, e incluso youtubers, y aquí en España parece que no tanto. ¿Has notado la diferencia del público latinoamericano al español?
-Sí que la he notado. Cuando yo termino un concierto en Latinoamérica mucha gente se queda, te piden fotos, etc. Hay una visión como de endiosarte. Aquí en Europa ese endiosamiento al igual existe a un nivel más adolescente, pero no en el mundo que yo me muevo (festivales y música independiente). Allá te llevan pancartas, te llevan peluches después de los conciertos; más como banda de Justin Bieber y ese tipo de cantantes.
Quizás es porque aquí están más acostumbrados a los festivales y quizás allá es como más reciente y somos más agradecidos porque hay menos cultura festivalera. Al ser la música algo que toca energías tan internas la gente se entrega más. Nos llama la atención muchísimo.
-¿Lo más loco que te ha pasado con un fan? ¿Algún regalo que haya pasado a la posteridad?
-Una vez un fan me regaló un iPad último modelo, de hecho es con el que toco en los conciertos. Al principio era como: “No, no puedo aceptar esto”, pero finalmente dije: “Bueno, ya, lo acepto”. Fue algo muy entregado y hasta el día de hoy lo cuento porque me resultó increíble.
-Tú has sido una artista bastante polémica. Se levantó mucho ruido en medios y RR.SS. con tu “salida del armario” y con la portada de tu último disco ‘Otra era’. ¿Te ha pasado factura emocional?
-Bueno, yo nunca estuve en el closet. Mi familia lo sabía y yo también lo decía abiertamente y lo habla con naturalidad. Tengo una familia maravillosa en la que ese aspecto nunca fue tema de conversación. Creo que fue algo más de la prensa y de mi país, el yo darme cuenta de que para la sociedad en la que yo vivo y los medios esto era una cosa muy diferente. Nos dimos cuenta cuando yo lo dije que yo era la primera mujer pública en decirlo en mi país y una de las pocas en Latinoamérica.
Emocionalmente ser homosexual se siente como una minoría. Siempre, aunque tu familia sea abierta, igual va a haber algo dentro tuyo que uno no lo termina de entender. Es como que tú al que amas, quizás para mucha gente, no está bien. Eso me pasó cuando salió en la prensa y recibí los comentarios. Sentí como me señalaban con el dedo, aunque también mucha buena onda a la vez. Sentí mucho agradecimiento de la gente por haberlo dicho.
Con lo de la portada del disco también me pasó algo parecido. En sitios como México o Centroamérica me dijeron que yo lo había hecho como un gesto de provocación. Muchas interpretaciones diferentes de porqué yo había salido mostrando el torso desnudo.
También llama la atención ver que en Facebook e Instagram, medios muy conservadores en esencia, no censuran portadas mucho más sexuales que, por ejemplo, tienen el pezón tapado con una cruz. Al hacer este tipo de manifiestos te topas con muchos puntos de vista, y algunos muy diferentes. La parte emocional que me toca es la de pensar en cómo puede haber tan diferente a uno y tenemos que convivir aquí no más. Yo puedo saber todo lo que piensan de mí porque soy un personaje público y a la era de hoy sé todo lo que opina la gente.
-La portada de ‘Otra era’ está censurada (parcialmente modificada) en las plataformas de difusión como Spotify y iTunes. Ellos te dan difusión pero por otro lado te “dominan”. ¿Te parece un ejercicio de poder injusto?
-No lo había mirado así pero es interesante. Básicamente no se pueden mostrar ni un pezón ni un genital, pero sí se pueden mostrar cosas que quizás pueden ser más perturbadoras que unos pechos (que los niños lo ven todo el tiempo porque maman) y además en una postura neutra y tranquila, sin llamar al sexo.
Que ellos decidan que todos los pezones y genitales, en la posición que estén, sean censurados, sí es un ejercicio de poder. No hay un mirar más allá de qué es lo que se está comunicando y respetar a los artistas. No existe eso.
-Algunos medios te consideran activista. ¿Tú te consideras activista o simplemente haces lo que te da la gana?
-Yo tengo amigos que sí realmente son activistas, y van al congreso y protestan. En ese sentido de “activista” no lo soy. A mi manera creo que con ser auténtica se me consideró activista. No sé la definición, pero creo que teniendo una postura clara sin dobles estándares ni nada, y al decir a mi sociedad eso, se me consideró activista. Pero para mí un activista es alguien que está todos los días trabajando y luchando por, en este caso, los derechos de los homosexuales, y en mi caso no es así. Pero creo que como músico hice un aporte al ser auténtica y no mentir.
-Hace tiempo dijiste en una entrevista que estabas viendo cómo integrarte en la música española. ¿Dirías que te sientes integrada ya en el panorama musical español?
-Sí, de hecho ahora estaba con “Los Triángulos” y con los chicos de Miss Caffeina y los he visto mil veces. Me siento totalmente parte de la escena, sí, totalmente. También porque trabajo con mucha gente de acá. Mi show en vivo lo he trabajado con Juan Sueiro, mis videoclips los he hecho con catalanes, la portada de Otra Era la hice en Madrid. Vengo mucho para acá, mi novia es española, y me siento con un pie en España. Me encanta venir y, a pesar de que soy extranjera (y mucha gente me ve como española), me siento parte de la escena.
-¿El tú sentirte así te ha costado o ha sido algo natural?
-Por un lado ha sido orgánico. Me encantó venir para España desde el primer momento, me sentía como en casa. Para una mujer salir en la noche y que no sea peligroso, eso en Latinoamérica no pasa, y por este tipo de cosas aquí me relajaba y me hacían sentir bien. Obviamente aquí también he sentido discriminación en otros aspectos. Por ejemplo al entrar al aeropuerto, que te pueden preguntar y te pueden devolver; eso les pasa a todos los latinoamericanos también. Es como una mezcla de cosas, es como latinoamericana en España, que trae muchas aristas, pero me he sentido muy bienvenida por la escena artística 100%.
-¿Estás contenta con el cartel?
-El día de hoy buena onda, hoy (viernes 11) es el mejor día. ¡Me encanta Triángulo de Amor Bizarro y Miss Caffeina! Me muero por verlos.
Genial.