Oliver Sykes: “There is a hell, believe me I’ve seen it. There is a heaven, let’s keep it a secret”

En las sociedades humanas la cultura funciona como un conjunto de fragmentos de conocimiento. Incluye aspectos sobre lo que es y lo que debería ser. Los grupos de personas que tienen una historia común y participan en una misma estructura social comparten estas piezas de saber. Entre ellas podemos encontrar símbolos como los héroes, aquellas personas vivas o muertas, ya sean reales o imaginarias, que sirven de modelos de comportamiento para otras. Entre estas figuras podríamos encontrar a Aquiles, conocido por sus hazañas durante la guerra de Troya, Jesús de Nazaret, El lobo de Wall Street, etc. Para los que vivimos nuestra adolescencia durante la primera década de este siglo, recordaremos como una de las tribus urbanas más emblemáticas a los emos. Bajo este rótulo, los que no pertenecían a la tribu etiquetaban a diestro y siniestro desde aquel fiel al estereotipo hasta alguno que, por haberse levantado inspirado una mañana, se planchaba el flequillo y se enfundaba en unos pitillos negros para salir a la calle. Sin detenerme más en esta tribu, dentro del espectro emo/dark/scene/hardcore solía haber un intercambio de miembros como quien se cambiaba de estado del whatsapp; por lo que no solo compartían outfits, listas de reproducción y poses en las fotos de las redes sociales, también podría decirse que compartían esos fragmentos de conocimiento de los que antes hablábamos. Y sin duda alguna uno de los iconos más influyentes para muchos de ellos fue Oliver Sykes, vocalista de la banda de metalcore Bring Me The Horizon.

Bring me the horizon

Bring me the horizon

Oliver y sus compañeros fundaron el grupo mientras estudiaban en un instituto de la ciudad de Sheffield, Reino Unido. Allí coincidieron en clase con algunos miembros de la banda Artic Monkeys. Se dice que, tras alcanzar la fama, la banda ganaba más con las ventas del merchandising que con su música. En relación a esto, también cabe mencionar que Oliver fundó su propia línea de ropa Drop Dead, la cual fue todo un éxito en el mundo de la moda alternativa.

Oliver Sykes Drop Dead

Oliver Sykes – Drop Dead

Una estética scene, un cuerpo lleno de tatuajes, gritos desenfrenados y toda una colección de leyendas urbanas que rodeaban al cantante no hacía más que alimentar el éxito que cosechaba, el séquito de fans no dejaba de crecer. Pero detrás de la envidiable imagen de estrella del rock con la que todos soñaban en convertirse algún día, Oliver tenía varios problemas. En la entrega de premios de Alternative Press en 2014, el vocalista declaró que había pasado gran parte de su carrera musical hundido en las drogas, especialmente en la ketamina. Se trata de un anestésico utilizado principalmente en el ámbito veterinario y entre sus efectos destacan la sensación de flotar e incluso disociar y sentir que uno abandona el cuerpo. Desde que tenía doce años Oliver había sido usuario de psicofármacos debido a que sufría parálisis de sueño y terrores nocturnos. El ritmo de vida que empezó a llevar con las giras y la fama hicieron que perdiera la ilusión. El hecho de ser perseguido por las fans y de que circulasen rumores (como que había maltratado y humillado a una joven) hacían que estuviese cada vez peor. Cuando su pasión se convirtió en un infierno se entregó totalmente a la ketamina. “Antes de escribir sempiternal era un puto drogadicto”, decía en su discurso durante la entrega de premios. Detrás del artista que se entregaba en cuerpo y alma a animar a su público había una persona que quería morir. Muchos fans le escribían correos diciendo que su música les había salvado la vida, lo que le hizo reflexionar y decidir que no podía seguir así. Llegó momento en el que Oliver decidió ingresar voluntariamente en rehabilitación y, con el apoyo de su familia y amigos, logró salir adelante.

Oliver Sykes visto en weheartit

Oliver Sykes visto en Weheartit

Pero su sufrimiento no terminó ahí. Tras años de guturales en exceso y sin técnica vocal, los últimos discos de la banda mostraban cambios drásticos en su voz, llegando a verse obligado a dejar de gritar en las canciones e incluso a cancelar giras por laringitis. Cuando un guitarrista rompe sus cuerdas puede cambiarlas, pero cuando a un cantante su cuerpo le dice basta es otra historia. Gritar fue desde sus inicios algo catártico, emocionalmente purgador, pero pese a las adversidades la banda supo experimentar y adaptarse a las limitaciones que iban surgiendo.

Bring me the horizon, foto de amazon music

Bring me the Horizon

En el plano amoroso, Oliver Sykes ha reconocido que no es ningún angelito, aunque considera que no es tan malo como dicen los rumores. Durante su época de esplendor tuvo varias parejas, pero en 2015 parecía que había sentado cabeza y se casó con la tatuadora Hanna Pixie Snow, formando una pareja formidable a la que las redes sociales adoraban. El enamoramiento parecía mantenerles más vivos que nunca. No obstante, en 2016 se separaron. Para sorpresa de todos se decía que ella le había sido infiel, lo que inspiró a la creación de una nueva canción de la banda True Friends stab you in the front. En su defensa, Hannah confesó que desde el inicio la relación con Oliver fue tóxica, el detonante de sus conflictos fue enterarse de la asiduidad con la que su marido visitaba a strippers y el no saber hasta dónde llegaba con ellas. En un momento de desesperación llegó a engañarle, pero no pudo soportar la culpa y ese mismo día acabó en el hospital.

Oliver Sykes con su exmujer Hanna Pixie Snow

Oliver Sykes con su exmujer Hanna Pixie Snow

En definitiva, Oliver Sykes fue la voz de una generación, los gritos de millones de adolescentes incomprendidos. Su vida ha sido una caja de sorpresas, un sinfín de emociones intensas. Incluso ahora, que su popularidad ha bajado, aparece en alguna ocasión en las noticias, como el 17 de febrero donde presentaba junto a su banda la canción Happy Song en los premios NME y en un momento de euforia saltó en la mesa donde estaban sentados los miembros de Coldplay rompiéndola y derramando todas sus bebidas. Además, tras el reciente suicidio de Chester Bennington, aparecieron en internet rumores confirmando que el nuevo vocalista de la banda Linkin Park podría ser nuestro querido Oliver.

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