Lina Bo Bardi: Vanguardia, tradición y mucho hormigón

Queremos también contribuir y ofrecer nuestro apoyo a la lucha feminista con la introducción de arquitectas que han influido o influyen en la práctica contemporánea. Este mes hablamos de Lina Bo Bardi, la arquitecta brasileña más reconocida e influyente del siglo XX, por no decir de todos los tiempos. A pesar de no haber construido muchísimas obras, todo que hizo dejaría huella en la arquitectura latinoamericana, haciéndola de una forma humana, sencilla y popular.

Lina realmente nació en Italia en 1914 donde se crio y estudió Arquitectura. De estudiante realizó su proyecto final de maternidad para madres solteras. Tras la Segunda Guerra Mundial, descontenta con la política fascista de Italia, cuando su oficina había sido bombardeada, fundó la famosa publicación Cultura della Vita. Formó parte del Partido Comunista Italiano, donde conoce al famoso crítico e historiador del arte Pietro Maria Bardi, con quien viaja a Sao Paulo (Brasil) a asentarse como arquitecta y brasileña.

La primera obra que hace es su propia casa, la Casa de Vidrio (1950). Una casa que se ha convertido en un Monumento Arquitectónico Nacional. El edificio se semiapoya en una gran pendiente dentro de un bosque al sur de Sao Paulo, y está diseñada explícitamente para ella y su marido. Lina sabía comprender la cultura brasileña desde un punto de vista antropológico, fusionando vanguardia de la época del movimiento moderno y la tradición popular de Brasil.

Casa de Vidrio (1951), Lina Bo Bardi.

Casa de Vidrio (1951), Lina Bo Bardi.

En 1947 le encargan uno de los proyectos más grandes que habría en ese momento en Brasil que sería la construcción del Museo de Arte de Sao Paulo. Este edificio se corona como el más emblemático de la arquitectura moderna brasileña y forma parte de la renovación que estaba teniendo la ciudad. A 8 metros del suelo y con 74 metros de edificio “volando”, se convirtió en la planta libre más grande del mundo.

Lina diseña este edificio como un gran contenedor de arte que pretende movilizar culturalmente toda la zona en la ciudad en la que se implanta. Con gran simpleza y un gran carácter monumental, dos grandes marcos rojos estructurales elevan un gran volumen suspendido donde se encontraría el arte del momento de Brasil. De repente, se había creado un gran agujero en la ciudad en forma de plaza donde todos los vecinos de la zona podrían expresarse artísticamente.

Museo de Arte de Sao Paulo

Museo de Arte de Sao Paulo, (1947) Lina Bo Bardi.

Tras visitar las obras de Gaudí en Barcelona empieza a construir formas más naturistas y proteicas, con una serie de casas que se funden con su entorno natural. Muchas veces estas casas serían construidas por la propia comunidad donde se proyectaban.

Otro de los proyectos importantes de Lina Bo fue el Centro de Ocio, Cultura y Deporte SESC (Seviço Social do Comercio) en el barrio popular de Pompéia, en Sao Paulo.

A través de un cuidado especial del hormigón y con una gran capacidad plástica, Lina levanta un edificio peculiar donde los haya. Se construye en la zona de una vieja fábrica de Tambores, donde se conservaría un edificio de ladrillo de la antigua fábrica completándolo con dos grandes volúmenes de hormigón. Lo más llamativo es una serie de pasarelas pasantes entre estos dos sólidos, unas construcciones de lo más sugerentes para la época .Entre los almacenes de la antigua fábrica, una calle con pendiente alberga todas las actividades que ocurren en el centro cultural. Integra biblioteca, piscina, canchas, talleres, salas de estar y exposición, un auditorio, restaurante, y una terraza, todo en cinco niveles. Lina introdujo en el diseño una nueva y gigantesca chimenea, que se eleva frente a dos volúmenes otorgándole al conjunto el carácter de fábrica original.

Centro de Ocio Cultura y Deporte, Sao Paulo. 1957

Centro de Ocio Cultura y Deporte, Sao Paulo (1957), Lina Bo Bardi.

Lo más guay de Lina no es sólo los diseños arquitectónicos, que como hemos dicho, son escasos pero potentes; sino todo lo que se implica alrededor de éstos. Abarcaba en cada proyecto una apuesta por el diseño de mobiliario, el diseño gráfico y por supuesto un estudio antropológico allá por donde iba a proyectar.

Su aportación más teórica a la Arquitectura fue muy importante con su texto Contribuição Propedeutica ao ensino da Teoria da arquitetura (1957), un alegato humanista en defensa de una arquitectura culta y ecológica basada en los avances tecnológicos:

La arquitectura es creada, “inventada de nuevo”, por cada hombre que anda en ella, que recorre su espacio, subiendo las escaleras, o descansando sobre una barandilla, levantando la cabeza para oler, abrir o cerrar una puerta, sentarse o levantarse a tener un contacto íntimo y al mismo tiempo crear “formas” en el espacio;  el ritual primitivo desde el cual surge la danza, la primera expresión de lo que sería el drama. Este contacto íntimo, ardiente, que una vez fue percibido por el hombre, está ahora en el olvido. Los lugares habituales y comunes hicieron al hombre olvidar la belleza de su “movimiento en el espacio”, su movimiento consciente, de mínimos gestos, de menos actitud…”

Lina Bo Bardi 

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