ASMR vegano: Palitos crujientes de tofu con soja
Fotos y texto: @LaPastaNoEngorda
¿Conoces el ASMR? Quizá te gusten los sonidos de texturas crujientes, esponjosos o blanditos. Tal vez te gusten más los sonidos vibrantes o agudos, es cuestión de gustos. Quizá no te hayas dado cuenta pero la cocina es un escenario acústico y visual perfecto donde podrás morirte del gustito si estás un poco atento a los detalles.
A mí personalmente me da especial gustito cortar la parte externa del brócoli, tiene cientos de ramitos unidos a las cabezas que forman bolitas y si lo cortas despacio cada tronquito suelta un pequeño crujido que unidos pueden ser una sinfonía contemporánea de modernas. Cortar patatas no se queda corto, si tienes un cuchillo bien afilado y te gusta sentir como desliza, notarás que a medida que atraviesa la patata cambia de nota. Estoy pensando hacer techno vegano con estos sonidos, pero no tengo tiempo.
Una vez dicho todo esto, quiero decir que esta receta es obra de The Easy Vegan, una persona bastante graciosa. Yo lo único que he hecho ha sido probarla, hacer lo mismo y morirme del gustito, básicamente, pero mencionándolo, que es lo que hay que hacer. Las ideas de las personas son muy importantes y no deben copiarse sin acreditar al que lo haya hecho.
Estoy muy serio hoy, ¿no? Venga, cambio el chip. Ponte una canción en versión hardcorde de Camela, te sentirás en el pulpo de la feria y cortarás el tofu a toda hostia. Yo lo he hecho con tofu ahumado, tiene que ser tofu firme en cualquier caso, lo cortas en bastones de 2×2 cm o algo así, que no sean muy finos ya que van a perder humedad si haces bien los siguientes pasos y van a encogerse como los penes con el agua fría. Cuando vayas por el segundo estribillo de la canción deberías tener ya todos los bastones cortados.
El siguiente paso es que los pongas sobre una toalla limpia y enróllalos. Yo luego les puse encima Manual de tipografía Bodoni (no para culturizar al tofu, más bien es el libro que tengo que más pesa) y sobre él le puse una pesa del gimnasio. El objetivo es aplastar el tofu muchísimo para que pierda la mayor cantidad de agua posible. Cuando el tofu te de pena del agua que ha perdido, mételo a un tupper y al congelador durante, al menos, una noche. Si eres muy tacaña y te da rabia quitarle el agua al tofu porque también la has pagado y es tu dinero, quizá puedas chupar la toalla para aprovechar todo.
Cuando haya pasado una noche, si te sigues acordando del tofu, sácalo y deja que se descongele sobre una toalla, seguramente siga perdiendo algo de agua al descongelar. Uf, estoy salivando de pensar en el siguiente paso, bueno, más bien en el último, que el siguiente no es para tanto. Cuando estén descongelados ponlos en un planto y echa un poquito de salsa de soja para que más o menos todos tengan un poco alrededor y así sean más sabrosos. Luego tira harina de maíz por encima y procura que no queden pegotes. Luego chorrito de aceite de oliva y al horno.
El horneado yo lo hice a 180 grados y un total de 15 minutos o así. Procura darles la vuelta y remover de vez en cuando para que no se queden pegadísimos a la bandeja que eso sí que da pena. Cuando los saques, verás que por fuera son súper crujientes pero cuando dejen de quemar, abre uno por la mitad y flipa con la textura que tiene, al menos a mí me flipan.
Intenta hacer una foto de esto para dar envidia en redes antes de comértelos todos si es que eres capaz.