ARCOmadrid 2020: El año sin polémica y con menos visitantes
Un año más las instalaciones de IFEMA abren sus puertas para acoger a cientos de galerías y artistas en sus entrañas, a pesar de la ferviente sombra amenazadora del coronavirus que parece inundarlo todo, y la tirada de orejas por parte de la justicia por su ilegal sistema de selección de galerías.
Una edición que claramente se ha visto afectada, como si de un paciente se tratara, de los síntomas del virus más viral de la última década, bajando de los 100.000 visitantes el pasado año a 93.000 en esta edición. A pesar de ese 7% de descenso, las buenas noticias no podían ser mejores para los galeristas, pues el número de ventas en esta edición ha sido todo un éxito, según informaba la directora de la feria Maribel López. “Además de las ventas de galerías a coleccionistas particulares, museos y fundaciones, la feria ha servido como foro profesional y se han acordado muchas exposiciones, lo cual es otra señal de éxito”, destaca la directora.
Otra de las buenas noticias que hemos podido conocer, es que el número de mujeres participantes ha aumentado, del 26% del 2019 al 32% este 2020, aunque sigue manteniendo la tónica generalizada del sector donde no se consigue llegar a la paridad real, siendo más angustiante el hecho de que desde la organización no se plantean tomar ninguna medida para incentivar que las galerías apuesten más por la figura femenina en sus stands.
Seguiremos animando (…) pero consideramos que es una decisión de las galerías”. López está convencida de que las cifras “mejorarán” año tras año, y de que ese crecimiento debe tener “sentido dentro de los programas (de las galerías).
Una de las obras más destacadas y reivindicativas es la de la joven artista guatemalteca Regina José Galindo, que a través del body art denuncia el machismo y el feminicidio a través de una instalación fotográfica donde se proyectaba la imagen de una mujer en la que se leía “Treinta violaciones en solo dos meses” a modo de noticiario periodístico. Esta obra la podías visitar en el stand de la galería italiana Prometeo, galería que ya el año pasado saltó a los titulares de todos los medios por traer el polémico ninot del rey.
Continuando con esta línea más política social, el chileno Fernando Prats se suma a las protestas feministas con una pieza donde se observa la bandera de su país donde se puede leer “El violador eres tú” haciendo un guiño a las protestas que se llevaron a cabo en Chile el año pasado.
El cambio climático y la lucha por un ecologismo más estable y generalizado también tienen su hueco en ARCO, y se cuela a través de piezas como las de Bene Bergado en Espacio Mínimo, donde nos presenta un esturión de bronce abierto en canal con elementos de plástico en sus entrañas. En la galería Nogueras Blanchard (galería que trajo años atrás el famoso vaso medio lleno/medio vacío) pudimos encontrar una de las obras más fotografiadas en instagram, Traffic Jam de Leandro Erlich, una maqueta hecha con arena a escala reducida de la que ya presentó el año pasado en Miami Beach, donde se representaba un atasco de tráfico a modo de castillo de arena. Lo divertido de la obra es su compra, pues tras abonar el precio final, 80.000 euros, el comprador se lleva a su casa un set de moldes de plástico para hacer en casa. ¡Do it yourself!
Una de las novedades de este año ha sido que no se contaba con un país invitado, rompiendo con Latinoamérica que se había convertido ya en el aliado perfecto para ello. En cambio, ha habido una especie de paréntesis dentro de la feria que ha estado dedicado a la obra del artista cubanoamericano Felix González-Torre, donde participaron 13 galerías con 16 artistas, un proyecto comisariado por Alejandro Cesarco, Mason Leaver-Yap y Manuel Segade bajo el estandarte It’s just a matter of time. También como novedad este año se han implementado las visitas guiadas por el módico precio de 20 euros, algo muy necesario para todo buen coleccionista y visitante que quiere empaparse bien de lo que está viendo y sobre todo entenderlo, algo que en muchas ocasiones resulta indispensable.
Algo que parece invariable en el ADN de la feria es la excesiva y casi colonial participación de galerías extranjeras, por ejemplo, de las 209 galerías de 30 países distintos, el 77% de ellas son internacionales, solo el exiguo 23% es español. Entre los países que encabezan el listado está Portugal, Alemania, Francia o Latinoamérica, a pesar de estos datos, los focos se los han llevado las galerías procedentes de Italia, más concretamente de Milan, Turis y Bolonia.
Como contra partida, la lucha de las galerías españolas procedentes de las llamadas periferias se mantiene en plena batalla por mantener su hueco en el sistema. Repiten galerías como ArtNueve (Murcia), Ángeles Baños (Badajoz) o Leyendeker (Tenerife). Una de estas galerías periféricas que se consagra como uno de los stands más sólidos y de mayor interés de la edición es la murciana T20, con la combinación de artistas como Yann Leto, Sonia Navarro, Gala Knorr o Paloma de la Cruz.
A pesar de las altas expectativas que todos los años se genera en torno a la ya mítica obra polémica de la feria, ya sea por motivos políticos o artísticos, este año ha pasado sin pena ni gloria dicho principio, pues cayendo en el manido discurso político y la reutilizable figura de Franco, el artista finlandés Riiko Sakkinen con su obra/retrato “Franco no fue tan malo como dice” vuelve a intentar levantar llagas de manera descarada y fútil, un mero intento de llamar la atención por llamarla. Como era de esperar, durante la visita de los reyes fue imposible captar una foto de ambos juntos, pues todo estaba medido al milímetro, tan medido como sus visitas a las galerías italianas Massimo y Francesca Minini, algo que se interpretó como un gesto de apoyo al país por ser uno de los más afectados por el coronavirus.
Como no, la feria aglutina tanto nuevos creadores contemporáneos como artistas consagrados de la talla de Dalí, Miró, Chillida, Chirino, Kandinsky, Tapies, Calder… Pero si hay que destacar a uno de estos clásicos, es al pintor malagueño Picasso, que se lleva la palma con una de sus obras: “Retrato de Jacqueline” la cual se ha convertido en la más cara de la edición con un valor de 6.5 millones de euros.
Aunque si hablamos de dinero a mansalva, una de las galerías que tiene que tener sus bolsillos llenos es la europea Thaddaeus Ropac, pues entre sus blancas paredes pudimos encontrar Rauschenberg, Donald Judd, Alex Katz, Barceló, Vedova, Gormley, dos Baselitz negro y un soberbio Tony Cragg.
También destacar el colorido espacio dedicado al gran Ai Weiwei de la galería Forsblom, que con su revisión del horóscopo chino hizo las delicias de todos los asistentes, siendo uno de los puntos con más interés de esta 39 edición para todo fan que se precie del arte contemporáneo.
También, a la par de las grandes obras contemporáneas de brillante conceptualización e impoluta ejecución técnica, encontramos las llamadas “tomaduras de pelo” de todos los años, herederos del dadaísmo más supino como la obra de 5.000 euros del artista guatemalteco Esvin Alarcon, que con su instalación de caramelos envueltos con la bandera española, nos quiere transmitir una denuncia indigenista del colonialismo español; obra que casi fue destrozada por un asistente que la pisó para microinfarto de la galerista que, sorprendentemente, ya la tenía casi vendida.
El bastón de mando seguirá en las manos de Maribel López el próximo año, con el plus de que en el 2021 la feria cumple 40 años y se esperan grandes sorpresas para celebrarlo, a pesar del estrepitoso chasco que ha significado la cancelación de Chile como país invitado debido a la situación que el país esta viviendo. Ya solo queda esperar y volver a poner el reloj con la cuenta atrás para el año que viene.