Anima Mundi: Entrevista con Elide Fabbretti por Seigar
Anima Mundi, entrevista con Elide Fabbretti por Seigar
En el ensayo previo a la actuación de Anima Mundi, escuché como la gran bailarina Elide Fabbretti iba llamando a su cuerpo de baile con nombres de animales al escenario, era sin duda un presagio del mensaje tan valioso de su espectáculo, y de su sensibilidad como artista. Revisando cada detalle de una forma perfeccionista y pasional, sin olvidar la dulzura con la que trata a todas las personas que forman parte de su escuela. Les dejo con una entrevista que tiene mucha miga y en la que podrás descubrir muchísimo sobre su manera de entender el ballet clásico, la danza contemporánea, las sinergias, el arte, y el mundo.
-Durante los últimos años, he tenido la suerte de poder asistir a las actuaciones que presenta la escuela Evolución Ballet cada final de curso, y una de sus características principales es su capacidad de plasmar una temática o idea de una forma artística, refinada y elegante a través de la danza clásica y contemporánea, esta fusión en cada ocasión me ha emocionado muchísimo. Este año presentan Anima Mundi, me pregunto qué podemos encontrar detrás de esta nueva creación, y cuál ha sido la inspiración.
-El proyecto de Anima Mundi ha ido creciendo y tomando forma durante dos años. Surge de la necesitad de expresar una preocupación creciente por el medio ambiente y como la actuación humana le va afectando. Antes de la pandemia era ya noticia común como el plástico va a poco a poco ahogando los mares y la vida en ellos. Cuando la pandemia supuso el paro de muchas actividades humanas, de fábricas y transportes, vimos como el planeta reaccionaba ante la nueva situación, sanándose en parte. Emblemática la foto de los aguardientes volviendo a los canales de Venecia. La cancelación del espectáculo del año pasado fue un momento triste, pero también nos brindó la oportunidad de trabajar más en su mensaje para presentarlo más completo en la actuación de este año, hasta abarcar el concepto de Anima Mundi: el planeta es un ser vivo, en el que animales, plantas, y seres humanos, todos juegan un papel y están interconectados entre ellos. Hay una palabra hawaiana, “kuleana”, que indica una responsabilidad mutua: si nos implicamos a cuidar la tierra, ella cuidará de nosotros. Si la dejamos morir, lo mismo pasará a nosotros.
Siempre hay que basar nuestras acciones en el respeto. Respeto para el medio ambiente y los demás. Cada vez que se extingue una especie, perdemos un poco del alma del mundo y de su equilibrio y, como estamos todos interconectados, cada parte que desaparece afecta a otra y a otra, hasta que todos queden afectados. Si no entendemos esto, habrá un momento en que perderemos demasiado y no habrá vuelta atrás. Sin animales, no hay plantas. Sin plantas no hay animales. Sin cualquiera de ellos, no sobreviviríamos.
-La actuación del año pasado, como muchos otros eventos, se vio afectada por la pandemia. Supongo que su cancelación significó un momento triste para todos/as los/as bailarines. ¿Con qué retos te has enfrentado para conseguir que el proyecto Anima Mundi se haga este año realidad?
-El problema más grande con lo que tuvimos que enfrentarnos este año fue la incertidumbre, el no saber lo que iba a pasar y si al final podríamos actuar o no debido a las restricciones. Creo que esto es algo con lo que todo el mundo ha tenido que vivir durante los últimos años, pero Anima Mundi nos enseña que hay que abrazar al cambio para superar cualquiera desafío, y no dejar la esperanza para conseguir nuestros objetivos.
-En cada actuación sueles contar con la sinergia de más artistas para esta presentación, esa fusión siempre enriquece las propuestas. ¿Cómo recuerdas estas experiencias? Cuéntame alguna anécdota, y me gustaría saber si este año ha sido posible contar con alguna colaboración.
-He colaborado con varios artistas en mis espectáculos, como ilustradores, músicos, fotógrafos; porque el mensaje que quiero transmitir llega cada vez más claro y más fuerte gracias a la interacción entre artes escénicas y gráficas, donde la música también juega un papel fundamental. Con cada uno de ellos tengo recuerdos bonitos, momentos únicos, y agradezco muchísimo lo que hemos compartido en este viaje, con nuevos compañeros que se suman cada año, y algunos que siempre renuevan su implicación, como Ana Martín con sus textos e ilustraciones, Simona Peres y Ariadna Martínez Padrón para las escenografías, Andrew Gallego, Lucilla Bellini y Seigar para la fotografía. Este año fue un honor tener a Seigar, Ana y Ariadna para acompañarnos en el viaje de Anima Mundi.
Conocimos a muchos de ellos gracias a las exposiciones de Ecléctico Café, que incluso nos prestó un llamativo sillón rojo y negro que tienen en su cafetería, y que gustó tanto que después del espectáculo muchos quisieron sacarse foto de recuerdo en él.
-La disciplina en el baile es una de las claves para mejorar, conseguir el logro y la superación. Me consta que, como docente, es uno de los puntos en los que insistes en tu proceso de enseñanza. ¿Cómo consigues ese equilibrio entre inculcar el amor por el ballet y un trabajo disciplinado? A un nivel más personal, tu familia forma parte del ballet y del espectáculo. ¿Cómo logras que distingan los roles de instructora y de madre?
-La única forma de enseñar a unir la disciplina y la pasión para la danza es dando el ejemplo. Soy una persona muy disciplinada, y muy enamorada y apasionada, y esto el alumnado lo percibe y lo absorbe, aprendiendo a unir las dos cosas de una forma natural e imprescindible. Para mi no es simplemente una actitud, es mi propia forma de ser. Por la misma razón trato mis hijas como cualquiera otra alumna durante las clases, así que siempre han tenido clara la diferencia entre la profesora y la madre. Cada rol tiene su momento y su lugar, y ellas saben respetarlo.
-Por último, me gustaría saber algo más sobre ti, sobre Elide Fabbretti como bailarina y como artista: ¿Cómo surgió tu amor por el ballet? Y, por otra parte, ¿cuáles son tus referentes o influencias en tu estilo?
-¿Quién es Elide? Es una persona muy versátil, que vive de emociones y de la pasión que pone en todo lo que hace. Respeto mucho mi cuerpo y mis sentimientos. Vivo con mucha alma la danza y la enseñanza, entregándome al alumnado y al público completamente, para que les llegue mi mensaje de amor para el arte y para la formación no solo física sino también de crecimiento personal. La danza puede ser una herramienta poderosa para que las niñas y los niños desarrollen su personalidad y autoestima, y la pasión es la clave para conseguir ambas. En todo esto también hay una mamá y mujer que tiene una familia numerosa con toda la tarea e implicación que conlleva… Al final es todo lo que siempre he querido: un trabajo que me apasiona y una familia a la que me dedico con la misma pasión.
Mi primera inspiración fue Carla Fracci, justamente porque percibía en ella mi misma pasión y vibración energética a la hora de bailar. Esto me acompañó siempre y me permitió seguir adelante sin abandonar en los momentos difíciles.
Gracias Elide por tus palabras, y por Anima Mundi. Queremos más, queremos más.