De cuando me encontré con los Malditos
Era un vagabundo y hacía frío. Los locales estaban cerrados, nadie quería basura dentro. Yo era un vagabundo y tenía el alma empapada. Las putas me miraban raro, yo no les sostenía la mirada. Caminaba...
Era un vagabundo y hacía frío. Los locales estaban cerrados, nadie quería basura dentro. Yo era un vagabundo y tenía el alma empapada. Las putas me miraban raro, yo no les sostenía la mirada. Caminaba...
Somos la lucha ante el silencio, hijo. En esta vida de falsa libertad, los hombres somos la solución, las letras nuestra arma, y es por eso por lo que debemos rebelarnos y tener nuestra propia...
Se abre el telón y aparece un oso mutante, de un tamaño descomunal y que, encima, vuela. ¿A qué clase de pesadilla estás asistiendo? A una novela de Jeff Vandermeer. El New Weird es un...
Blade Runner 2049 no es el malo; al menos no de la forma en la que la recaudación ha querido pintarla. Dejando de lado muchísimos niveles de concreción cinematográfica en los que la película destaca...
Solo hay una forma de curar las almorranas de los escritores de culo inquieto e ideas sedentarias: Internet. Gracias a este maravilloso invento, George R.R Martin podría cambiar las espadas del Trono de Hierro por...
Siete tapas duras se arrebujan en una esquina de mi estantería; se esconden bajo el polvo para celebrar un cumpleaños. No son mucho de salir, pero de vez en cuando algún niño de mi familia...
Este artículo termina con una disertación sobre cómo el argumento es el elemento de menor importancia en una narración, haciendo ver que los llamados spoilers no son más que una tontería; y sí, hoy me...
Intrigas políticas judeo-masónicas, la lista de amantes de una tal Vicky o las peripecias del niño mayor de la del quinto; la cola que se cobija a la sombra de la cartelera es el caldo...
Los tiempos cambian, y con ellos los camellos. Hace unos años me acercaba a La Casa del Libro y regresaba con un par de gramos de papel y tinta; ahora, por el contrario, frecuento más...
“Los escritores vivís de lujo, tío…” Tal aseveración consigue cimbrear mis instintos más básicos, y es normal; hoy he dormido tres horas y apenas he podido saborear un menú de comedor. Aquí sigo, tecleando para...