RCR
Entre sus obras más conocidas e importantes está la Biblioteca de Sant-Antoni en Barcelona. Adaptándose a la conocida manzana de la ciudad condal, el edificio recupera el carácter comunitario del patio central que en su día se pensó en el Plan Cerdá para la ciudad de Barcelona. La propia biblioteca es la entrada por la que entra la luz hacia el espacio interior y a una residencia de ancianos.
Otra de sus obras es un espacio público creado tras la demolición del Teatro de la Lira en Ripoll, Girona. Una materia única de acero pretende ser un lugar de encuentro, de entrada y de salida, de paso y de contacto con el contexto urbano. En Francia, en los montes de Aveyron, ganan el concurso para hacer el Museo Soulages, diseñado con su material característico de muchas de sus obras, el acero cortén.
El premio Pritzker de este año ha sido cuanto menos polémico. En general, la prensa no especializada en España ha aplaudido con intensidad que el premio se lo haya llevado un estudio español, cuando se ha llegado a decir: “Hasta Portugal tiene dos Pritzker”, desprestigiando lo que se hace en el extranjero. Sin embargo hay críticos que cuestionan el enfoque del jurado para dar el premio a RCR.
Hay quienes dicen que tras haber recibido este premio arquitectos como Shigeru Ban o Alejandro Aravena, que son representantes de la arquitectura social, “chabolista” y de refugiados, RCR es demasiado elitista. Cuando la profesión se estaba enfocando a un compromiso más humanitario, se premia a una arquitectura que se centra en la belleza y en lo espiritual. Pero bueno, no son más que opiniones.
Aun así, también se les otorga este premio por ser una arquitectura dedicada al “localismo”, centrándose especialmente en proyectos pequeños que ayuden a comunidades locales. Esto hace que se diferencien también de los arquitectos estrella, algo muy aplaudido por la crítica.
El joven estudio RCR le queda un largo recorrido ahora que se le ha reconocido. Puede que a muchos no les guste o piensen que es una arquitectura cara e innecesaria, pero también hay que reconocer la arquitectura como arte. En RCR el lugar, la materia y el tiempo se convierten en las herramientas de construcción del espacio.
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