Crónica de una muerte anunciada. Adiós al academicismo.

@Instamuseum

Por todos es bien sabido que lo tradicional tiende siempre a caer por su propio peso para ser heredada su posición y poder por la sangre fresca y renovadora del sistema imperante.

Dicha constante, tan ancestral e inherente a nosotros mismos y a nuestra evolución, se extrapola a todo lo que tocamos, pues como si fuéramos el Rey Midas, solo con un simple roce, todo cambia y se convierte en oro, o en píxeles según a que nos refiramos.

instamuseumHaciendo una leve retrospectiva, y volviendo a las primeras academias e instituciones de arte, no podemos olvidar que las primeras (academias) nacieron en la Edad Antigua como foco educativo, véase la de Platón o Aristóteles, y dicho principio se ha ido expandiendo en el tiempo, pero con pocos cambios entorno a la misma idea. En cuanto a los segundos (museos/salas de arte) tuvieron que pasar por muchos estados antes de convertirse en lo que conocemos hoy en día, comenzando como lugares donde se almacenaban los tesoros de las guerras (que eran ofrecidos a los dioses), pasando a las colecciones privadas de los papas y reyes, para luego pasar dicha herencia a las manos de la burguesía y los ilustrados, y con ellos su exhibición y exposición más “popular”.

Ambas instituciones siempre han estado agarrados de la mano,  en mayor o menor medida, y estas siempre han pertenecido a los más poderosos del momento. Por lo que siempre ha estado regido por los gustos y designios de las altas esferas que han decidido que se debe exponer y que no,  que pasa al futuro y que desaparece en las densas olas del tiempo.

Hoy en día, con el poder absoluto que nos otorga el nuevo Dios 2.0 del siglo XXI, estos titiriteros ven frustradas sus intentos de control, pues las cuerdas de sus marionetas finalmente han cedido y dejado caer su contenido. La democracia del arte es una realidad y un hito en su historia. A día de hoy, no hace falta intermediarios, ni que tu obra se vuelva viral para que las galerías se hagan eco de tu trabajo y te expongan, y así (en teoría) de comienzo la maquinaria del complicado mundo del mercado del arte. Ahora ya solo basta con tener una bonita cuenta de Instagram, Tumblr, Pinterest o Flickr  y saber moverte bien en ese mundo, el resto ya es solo coser y cantar. Además, y como si fueran pocas las ayudas, ha surgido una nueva plataforma que se presenta como la nueva vía expositiva que todos estábamos presagiando desde hace unos años atrás. Os presentamos: Instamuseum.

instamuseum-gallery-1Esta herramienta de realidad virtual nos dejará  poder observar las fotos de nuestra cuenta en una galería 3D. Sketchfab, que es una plataforma que permite depositar y publicar en modelos 3D interactivos, es la  encargada de lanzar Instamuseum. Su creador, Sylvain Zimmer, de 31 años, es un programador y director tecnológico en Princing Assistant, empresa de la que es cofundador desde hace tres años.

Instamuseum, en realidad, era simplemente un proyecto de fin de semana para mí. Compartí la idea con Sketchfab, y finalmente hemos decidido lanzarla ahora que muchos consumidores tienen en sus manos cascos de realidad virtual”, cuenta Zimmer.

Con esta nueva aplicación se aúnan la fuerza que tienen hoy en día las redes sociales con las miles de posibilidades que dota el 3D y la realidad virtual. Como resultado obtenemos un museo 3D donde tu trabajo es expuesto como una obra de arte que se puede explorar desde múltiples ángulos y perspectivas.

Este proyecto, que acaba de ver la luz, posee entre sus filas actualmente diez mil usuarios únicos que han mostrado algunos cientos de miles de modelos de museos. Además de todas estas posibilidades, te da la opción de elegir entre cuatro opciones diferentes de presentación. La aplicación es gratuita y las únicas premisas necesarias para poder usarlo es obtener una cuenta en Sketchfab y tener otra en Instagram y que esta no esté en privado.

VR

“Si examinas la evolución de la era digital, todo ha sido digitalizado, desde el sonido hasta vídeos e imágenes. El siguiente paso lógico es el mundo real, que está en un espacio tridimensional”, añade el autor.

El futuro está entre píxeles y a un click de tu mente.

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