El manto blanco en la foto vintage: Angela Deane
Desde los lejanos Estados Unidos, más concretamente desde la bulliciosa localidad de Tampa (Florida), se alza una artista muy familiarizada con el mundo de lo oculto y el espiritismo. Como si de una protagonista de Coven en American Horror Story se tratara, nunca mejor dicho, nos revela con sus creaciones el pasado oculto de nuestros recuerdos.
Angela Deane, que desde el 2012 lleva sumergida en una serie de obras tituladas Fotografías de fantasmas, nos presenta un nostálgico recopilatorio de fotografías antiguas pintadas a mano, donde los personajes que ahí se hayan, aparecen cubiertos por un ligero y casi translúcido manto blanco de lo más simple, propio de las animaciones bailarinas de Betty Boop (1930).
Dicho proyecto, que comenzó de manera improvisada y como broma del destino, surgió durante una residencia artística que Dean estaba llevando a cabo en una modesta ciudad de Nuevo México, que premonitoriamente se llamaba Truth or Consequences, (llamada así por un famoso programa de radio de la década de los 50). En ella la idea era generar un proyecto expositivo basado en la técnica del collage a base de fotografías antiguas recopiladas por Ebay y mercadillos ambulantes, pero como si de una broma del destino fuera, se envió a ella misma la caja equivocada de instantánea. En ella había fotografías familiares y, tras juguetear con ellas durante un tiempo, se encontró de bruces con lo que sería el punto de inflexión de su trayectoria artística, surgiendo así la primera reunión de fantasmas de su carrera. “En un par de horas, estaba viendo alrededor de 40 de ellos”, se recoge en Artsy. “Eran pinturas simples, pero tenían ese efecto evocador”.
Como ya adelantábamos, la fijación de Dean por la fotografía vintage estaba impresa en su ADN desde mucho antes de comenzar esta andadura, una búsqueda nostálgica por un pasado lejano con el que sentirte identificada, y llevar a la contemporaneidad del momento, una invocación o resurrección de lo que se daba por perdido. Este gusto por el pasado va mucho más allá de lo meramente superficial y aesthetic, pues si ahondamos un poco más en la piel de la artista encontraremos que, bajo esas capas blancas, se esconde una historia personal.
Cuando era joven su padre murió y sus hermanos, una década mayor que ella, se marcharon a la universidad, dejándola completamente sola con su madre. Dean creció devorando esos álbumes familiares e intentando inyectarse esos recuerdos que retrataban un pasado en el que ella ni siquiera aun existía, un pasado donde toda la familia aún estaba junta y no había fragmentación. Parte principal del discurso que proyecta la obra se inicia aquí, que cualquier espectador pueda identificarse con los sujetos que en ella aparecen, pues al eliminarse toda característica personal, y solo tener frente a ti una mancha blanca, puedes ver algo de ti mismo en ellas, puedes proyectarte.
Otra característica muy particular de su obra es el tratamiento del color. Huyendo del morbo que podría generar con fotografías en blanco y negro, dotando así a la composición de un matiz más macabro, ella prefiere la fotografía a color, destruyendo así cualquier mala intención de sus criaturas y crudas alegoría a la muerte, generando así una estampa más feliz, más bonita y amable.
Sus simpáticos fantasmas la han llevado a desarrollar diferentes proyectos de lo más ambiciosos, como la pasada campaña de suéteres de lana Gucci DIY en 2018, que incluyó un enorme mural en Milán; la creación de la portada del álbum musical de la artista Phoebe Bridgers, Stranger in the Alps; e innumerables exposiciones por todo el globo, desde América hasta Asia, pasando por Europa. Como culmen, el pasado mes de abril fue publicado su primer libro recopilatorio: The Ghosts Within.
Además de los fantasmas, está experimentando con otros universos fantásticos en sus fotografías, incluyendo nuevos personajes como extraterrestres, brujas y extrañas flores humanoides que nos transportan al mismísimo jardín de Alicia en el País de las Maravillas.
Si algo está claro es que Angela tiene un gran sentido del humor y no le tiene miedo a los fantasmas. Según ella, viven entre nosotros y dentro de nosotros. “Veo los recuerdos como fantasmas- explicó a Artsy desde su casa en Baltimore -fantasmas que viajan con nosotros como experiencias pasadas, momentos de nuestras vidas”.