Poema: La última palabra
La última palabra:
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Después de tanto vagar y vagar
Bajo el cielo impoluto: ni una mancha
en el mantel. Parece que fue mamá
La que lavó los platos, y papá el que hizo
la cena, después de tanto pertrecharnos
Con recuerdos y resbalar en el cieno por error.
Después de jugar en la arena a los entierros
Sin saber nada acerca de las idas y venidas:
Apenas cuatro trenes perdidos bajo la nieve y ya eruditos,
Bajo el lecho impoluto donde cocinaron primero
unas manos, después un epidídimo, por último un corazón.
Esa blanca sábana de estrellas. Apenas el desgarro,
Apenas el gemido, apenas no saber y después tú:
Para cargar y arrimarse al calor y desentrañar el abrigo.
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Y vagar y vagar y vagar…
Después de herir la piel con la palabra.
Después de enjugarla con otra inmensa piel.
Y sentir a la duda palpitar en las pupilas.
Después de aferrarnos a ella como si no,
como si puede, como si nunca hubiese.
Para no pronunciar absolutamente nada.
Después de perderla en la guerra y regresar
Ateridos como bestias mudas y sordas.
Insensibles al frío de la cama.
Insensibles a los perros que recitan poesía.
Parece que fue mamá la que nos ató los cordones
Y papá el que nos untó la mermelada y nos despertó
Y acarició las pesadillas y limpió el pis con sus dedos.
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Ahora que tras meses y meses de andanza
Encuentro un calcetín debajo de la cama,
¿es esa la última de tus palabras?