Entrevista a… Lucía Pitters
“Si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara”. Así se define Lucía Pitters, una fotógrafa con un mundo interior que nos deja observar a través de su interesante obra. Las reacciones van a ser diversas y el objetivo va a verse cumplido: removernos por dentro. Su obra habla por sí sola con una contundencia demoledora. Toparse con una foto suya en las redes sociales (@lpittrs o su página web http://cargocollective.com/luciapitters) o en alguna de sus exposiciones significa detenernos a sentir y a dar rienda suelta a nuestras propias interpretaciones.
-¿Hay algún tipo de sentimiento o sensación que te resulte imposible de traducir o plasmar en la fotografía?
-No sabría responder. Siempre suelo trabajar sobre lo mismo. Es cierto que últimamente he tratado de salir de “mi zona de confort” ya que hay muchas otras cosas que me gustaría probar; pero siempre vuelvo, y al final es con lo que más me identifico.
-¿Qué te inspira? ¿Cuáles son tus temas más recurrentes y lo que provoca que tus ideas fluyan?
-Sobre todo ver muchas fotografías. Estar constantemente viendo y aprendiendo de otros artistas. Estoy siempre rodeada de imágenes y muchas veces, como reto, intento reproducir ciertos trabajos y técnicas. Es un modo de aprendizaje más. Me inspiran momentos, personas, películas, canciones, textos, palabras…
Y en cuanto a temas, la mujer. La representación de la mujer por la mujer y no por lo que estamos acostumbrados a ver. Eliminar la convención del género y jugar con la censura de los cuerpos. Como si hubiese ciertas formas nuestras que aún no existen; que aún no se pueden enseñar. Me gusta jugar con eso. Es la representación de las formas que lleva a la idea y no la imposición de ser. Es muy desagradable cuando te piden que “disimules ciertos fallos” de los cuerpos como si solo pudiesen ser de una determinada manera. Busco la representación, sutil o no, de lo que somos sorteando esa mirada perturbada, que no perturbadora.
-Si tuvieras que definir tu fotografía en una frase conocida…
-Hay varias:
“Si pudiera decirlo con palabras no sería necesario cargar con una cámara”, de Lewis Hine. Es lo primero que me viene a la mente cuando me preguntan sobre mi trabajo. Suelo ser incapaz de ponerle palabras.
“Memento mori” de Susan Sontag en Sobre la fotografía. Es el famoso “Recuerda, tú también morirás”, pero para alguien fuiste importante como para inmortalizarte en luz y papel. Aunque quizás hoy en día esto no tenga mucho sentido. Vivimos con la necesidad constante de verlo todo a través de un móvil, o una cámara; o cualquier aparato intermediario entre la realidad que creamos y nosotros mismos.
“This photograph is my proof. There was that afternoon when things were still good between us. And she embraced me and we were so happy. It did happen. She did love me. Look, see for yourself” de Duane Michals. Sin palabras (otra vez) Todo muere, hasta el amor. A veces antes, a veces después de nosotros. Pero las pruebas siempre permanecen.
Estas son a las que siempre recurro.
-¿Crees que tu trabajo ha pasado por diferentes etapas? ¿Ves cambios sustanciales según el momento que estás viviendo?
-No en cuanto a la parte emocional. Pero sí observo cambios, sobre todo en la técnica. Al principio hacía únicamente fotografía en blanco y negro, y éste además, era muy duro; poco a poco fui suavizándolo y de aquí a hace un año he introducido algo de color. Los inicios son siempre bonitos y fue una etapa de autodescubrimiento; experimentar con qué me sentía más cómoda y más representada.
Suelo trabajar mucho el autorretrato. Al principio era algo casi necesario. Cada vez que se me ocurría una idea, yo estaba ahí; y cuando intentaba llevarlo a cabo con otra persona, el resultado no era el mismo. Es muy difícil retratar a alguien y no me gusta intervenir. No se qué piensa, cómo se siente, qué le hace feliz o qué le hace sufrir.
Por eso, de poco para acá, he dejado de ser un recurso para trabajar con cada una de mis emociones personales. Además se trata de una búsqueda constante de lo que hay dentro y resulta terapéutico. Y lo que más me gusta es que se trata de un trabajo solitario. No hay nada ni nadie que perturbe lo que hay entre la cámara y yo.
También, al comenzar solía hacer un tipo de fotografía más pura. Jugaba mucho con las exposiciones largas y hacía todo con la cámara y dirigiendo luces. Recuerdo que una vez fui a imprimir algunas fotos y el dueño de la tienda me dijo, “Sabes que esto lo puedes hacer con edición, ¿no?” Y yo pensé que qué gracia tendría si lo bonito es el proceso de realización. ¡Y fíjate ahora! Soy una obsesa de la edición; de hecho es la parte de la creación con la que más disfruto.
-Tus tres fotografías propias favoritas y una fotografía ajena que te guste, te perturbe y te provoque sentimientos encontrados.
-Suelo cambiar mucho de opinión respecto a mi trabajo; pero hay una en concreto que aunque pase el tiempo sigue gustándome como el primer día. Dentro de ese trabajo sobre la censura de los cuerpos está la imagen de un torso con un trozo de papel encima que deja intuir lo que se considera que hay que esconder. Esa es, hasta el momento, el trabajo que más me gusta.
También hay otra a la que guardo mucho cariño, por ser de las primeras que hice y con la que considero haberme encontrado, aunque ya poco tiene que ver con lo que hago. De la primera serie de “Cuerpos Indecisos”.
Y luego está la foto a Ángel.
En cuanto a fotografía ajena… ¡qué difícil es encontrar solo una! Haré referencia a la de Duane Michals There was that afternoon… es una imagen, que más que la propia fotografía, es el texto que añadió a ella; la que sigue en mi cabeza.
Hay otra, de Silvia Grav; “I can’t see me”; es increíble.
Cualquiera de Martin Valentin Fuchs; me gusta porque hace la misma representación de los cuerpos tal y como son, sin artificios. No busca ni espera la mirada perturbada, es más bien el regalo de las diversas formas.
-Fotógrafos canarios a los que sigas y te gusten
-Maykel Lima, Silvia Navarro, Paola Rivero y Sara Garsía, así a bote pronto.
-¿Hay alguna película que te haya inspirado en tu trabajo? ¿Qué otros ámbitos te retroalimentan (pintura, escultura, etc.)?
-No sé hasta qué punto han inspirado ciertas películas a mi trabajo; o simplemente es que ya forman parte de mí. Siempre hay algunas constantes, Harold y Maude, Nueve vidas, Hotel Chevalier, el discurso pausado de Elephant… Aunque, por lo general, son las historias que cuentan sus personajes lo que suelo absorber.
La etapa más productiva fue cuando cursaba Escultura en la Escuela de Arte. La variedad de materiales y el trabajo manual me animó a llevarlo también a la fotografía. Además, ciertos profesores y compañeros también fueron fuente de inspiración.
En cuanto a pintura, Francis Bacon y Egon Schiele me obsesionan; todavía intento, de forma fallida, reproducirlos. También el cubismo fue un movimiento en el que suelo encontrar inspiración.
Además, me gusta leer las entrevistas hechas a fotógrafxs que admiro y eso siempre es inspirador.
-Planes a corto y largo plazo
-En cuánto a planes a corto plazo; intento salir de mi zona de confort y buscar otra mirada. Seguramente será para volver, pero de momento me gustaría empezar a probar otras temáticas y técnicas. Volver a una fotografía más pura. Y ampliar a lo cotidiano mi forma de mirar. Aunque no pretendo dejar mi trabajo personal de lado, es algo que me sale casi natural.
También he empezado a hacer video. Lo que hago con mis fotografías pero en movimiento. De hecho hay tres cortometrajes que tengo pendientes y aún soy incapaz de acabarlos.
Hay también alguna exposición; pero lo que más ilusión me hace es la colaboración con cierta profesora del ciclo de Escultura. Una interpretación de su trabajo en fotografía y audiovisual, y si todo sale bien, se podrá ver en mayo.
También hay otro proyecto que me ilusiona mucho, que es una colaboración pintura-fotografía con una artista (artistaza) de la isla vecina.
Y a largo plazo, lo único que aparece inalterable es mi cámara. De resto todo puede pasar y cambiar.
-¿Qué sentimientos y sensaciones suelen despertar tus fotografías? ¿La fotografía para ti es vía de expresión para transmitir algo concreto y lo intentas dejar claro o sueles preferir la libre interpretación?
-Cuando trabajo mis fotografías solo busco sentirme bien con ellas; y eso me hace feliz. No estoy pensando en si se entenderá o no el mensaje. De hecho, y para frustración de algunos, no suele haber mensaje concreto. Es un trabajo más a largo plazo sobre los temas que ya he citado antes. Además, siempre enriquece más escuchar qué despierta en los demás estas fotografías. Para mí por lo menos, es una forma de acabar un trabajo, algo que considero tan íntimo, escucharlo de boca de otra persona; sea eso o no lo que yo sentía en el momento de ejecutarlo.