Entrevista a… Mercedes Bellido

Naturaleza, arquitectura y calaveras, muchas calaveras. Esos son los símbolos que caracterizan la onírica y místicas pintura de la joven artista española Mercedes Bellido, propia de Zaragoza pero afincada en la capital desde hace ya varios años. Dentro de este rico imaginario, que te hace perderte en un mundo que oscila entre lo salvaje y delicado, hallaremos la oportunidad perfecta para penetrar en otras realidades que nos ayuden a evadirnos del monótono y claro-oscuro mundo real. Además de sus obras, también ha colaborado en diferentes marcas como Reebok, Urban Outfitters, Absolut, Pull & Bear, Eastpak y Sony; y ha participado en proyectos como Valle Eléctrico, L. Ibros Mutantes, Lost & Found Mercado, Naranjo Etxeberria y el sello de música la Castañilla, dotándolos de una personalidad propia y única.

Cerillas león

-En primer lugar, ¿cómo fue y que significó, tanto productiva como creativamente, el paso a la gran ciudad?

-Bueno siempre he pensado que todos los cambios son enriquecedores si sabes sacarles partido, pero desde luego vivir en Madrid ha lanzado mi carrera como ilustradora y pintora, me ha dado a conocer y me ha confiado cada vez más trabajo lo cual te hace crecer como profesional.

Selfportrait

–¿Cómo ves el rol de la mujer en el campo artístico español?

-Yo cada vez veo más cantidad de mujeres creativas en este mundillo y muchas son igual o mejor que muchos hombres. Creo que el hecho de que el mundo creativo haya sido durante tanto tiempo mayoritariamente masculino se ha perdido una gran cantidad de aportaciones de mujeres creativas que por unas cosas o por otras no se les permitió desarrollar sus ideas, su visión del mundo y de su entorno desde un prisma distinto. Hoy en día gracias al esfuerzo de muchas personas la situación no tiene nada que ver con la que había hace no tanto, pero todavía queda mucho por hacer.

-Entrando ya en tu obra, ¿cómo la definirías? ¿Qué buscas trasmitir con ella?

-Siempre he tenido contacto directo con la naturaleza. Mi padre me ha llevado al monte desde que recuerdo, recorrer montañas, aprender cosas del entorno, plantas, animales, caminos, ríos. Me encanta estar en la montaña. Las arquitecturas, más concretamente las ruinas o espacios abandonados también es algo que rescate de mis recuerdos en la montaña, antiguas cabañas de ganaderos, pueblos abandonados del Pirineo, son todo recuerdos de las cosas que me impactaban de pequeña.

–Los recursos como la vegetación o la arquitectura, elementos que se cuelan en casi todas tus pinturas, hasta en los sitios más recónditos, ¿responden a un significado más allá del propio estético? Y aparte en ellas encontramos mucho simbolismo: animales, minerales, insectos, calaveras… ¿Qué esconden bajo sus trazos? ¿Qué historias narran en la composición?

-Lo cierto es que todo está bastante ligado a mis recuerdos de infancia que es algo que todavía no soy capaz de desligar. De alguna manera no he llegado a madurar del todo, me siguen gustando o intrigando las mismas cosas que cuando era niña. Los animales me fascinan, los insectos me crean mucha curiosidad y algo de miedo, los minerales que coleccionaba por fascículos con mi abuela y las calaveras pues me flipan desde niña.

–En tu trabajo, encuentro quizás una cierta influencia de las pinturas románticas de la poética de lo pintoresco, o el surrealismo de Magritte y Kahlo, pero: ¿Cuáles dirías tú que son tus “maestros” o influencias?

-Mis mayores referentes son Giorgio de Chirico, David Hockney, Henri Rousseau, Yves Tanguy, Neo Rauch, Henri Matisse. Pero desde que vivo en Madrid me nutro bastante de composiciones del Barroco, bodegones y vanitas o de bestiarios y libros de alquimia y mística. También me inspiro en el mundo del tatuaje tradicional y en algunos autores de cómics.

-¿A la hora de crear tienes alguna rutina o manía antes de comenzar con una obra?

-Por lo general soy bastante rutinaria a la hora de ponerme a trabajar, pero por una cuestión de aprovechamiento del tiempo, trabajo también como directora de arte en Kling y no dispongo de todo el tiempo para trabajar en mi proyecto personal. Lo que no puede faltar es música.

Portrait

–¿Tienes las ideas claras y sabes que quieres pintar antes de hacerlo o es una creación libre y espontánea que se va haciendo a medida que vas pintando?

-Normalmente tengo una idea predefinida pero no estoy atada a un resultado concreto, nunca sabes desde el principio como va a terminar una pintura. Es algo similar a un hijo, sabes lo que quieres que sea pero no sabes cómo acabará siendo, habrá momentos que lo tendrás claro, a veces te encontrarás con algún problema que no sabes resolver y otras veces tienes que cambiar tus ideas porque la pintura necesita otra cosa… Al final es algo que no llegas nunca a controlar del todo.

–Además de tu producción artística como tal, también colaboras con marcas y grupos generando ilustraciones para ellos. ¿Cómo es crear o ilustrar algo que relativamente no ha salido de ti? ¿Es complicado dar forma y vida a las ideas de otros, o por el contrario, te dan carta blanca a la hora de producir estos productos exclusivos?

-Me los intento tomar como un reto, me suelen sacar un poco de mi zona de confort. Antes me pedían cosas más alejadas de mi trabajo pero ya me suelen dar rienda suelta, me suelen dar un 90% de libertad. Esa confianza en mi trabajo me hace estar muy orgullosa y agradecida, porque cuando te acotan mucho es contraproducente para ellos puesto que al no ser algo tuyo deja de tener sentido que te lo hayan pedido. No sé si me explico, hahaha.

Procesionaria

–Ya para acabar: Si pudieras coger una máquina del tiempo, ¿a qué época irías y a quien te gustaría conocer?

-Me gustan muchas épocas, sobre todo las grandes civilizaciones, Egipto, Roma, Grecia… Supongo que esas son las que más me interesan, y conocer… Me gustaría estar presente en alguna de las charlas de Platón, pero a quién me gustaría conocer, aunque no pertenezca a estas épocas, es a Leonardo Da Vinci.