What Fashionista Means, “una oda a todo lo que odia el heteropatriarcado”
El 4 de julio Raúl Rdgz. (o @whatfashionistameans) lanzaba su primera canción en Youtube (WFM – @whatfashionistameans), lo que nos hizo ponernos a trabajar de inmediato. Detrás de esa canción electrónica y esa estética divergente se debería encontrar una persona eléctrica y discrepante con la “normalidad”.
“What Fashionista Means es mi alter ego“, aclara Raúl, pero la moda si que forma, desde siempre, parte de su vida. Explica de dónde le vine las ganas de pasarelas y focos: “Desde pequeño, cuando jugaba con las Bratz (muñecas que marcaron mi infancia y su lema era Passion 4 fashion). Nunca jugué a que tuviese una historia sino a vestirlas, cambiarles el outfit, que fueran superestrellas”. Y su estética diferente le ha supuesto muchísimos problemas siempre, como no dejarle entrar en algunos eventos, le fotografíen en el metro o tener que vestirse “como el prototipo heteronormativo para conseguir un trabajo cualquiera”.
“Mis profesores no tenían ni idea de lo que significaba ser estilista y tuve que aprenderlo por mi cuenta”
Fue por este temprano deseo que estudió Estilismo de Indumentaria, en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Fernando Estévez, aunque confiesa como “nefasta” su experiencia estudiándolo. “Mis profesores no tenían ni idea de lo que significa ser estilista y tuve que aprenderlo por mi cuenta”, pero aclara que fue debido a la relativa novedad de los estudios. Pese a ello manda un mensaje optimista: “hay que ser muy valiente y estar muy preparadx. A las nuevas generaciones les diría que se llenen de referentes y que nada es imposible”.
Inmediatamente de ser Técnico Superior en Estilismo e Indumentaria, Raúl Rdgz. decide irse a Madrid, según él, porque sentía que se “ahogaba en una isla que creía una jaula”. Estando allí participó en el famoso programa televisivo Cámbiame, momento en su vida que define su despertar. “Fue una llamada de atención de ‘deja de ser una patética llorando por las esquinas porque no eres Miley Cyrus y crea tus propias oportunidades’, eso fue lo que me enseñó”, dejando claro que al final es un programa que “intentan exprimirlos al máximo”.
Con Jeremy Scott, Giambattista Valli o Ana Dello Russo entre algunos de sus referente, no es de extrañar que la expresión de que algo está de moda le chirríe: “Me parece que las reglas son obsoletas e innecesarias. Con todas las referencias que recibimos gracias a las redes sociales ya no necesitamos normas sobre cómo vestir”, explica. Y es por eso que ha llegado a ser estilista freelance, a vestir a celebrities y a hacer editoriales de moda.
Su último proyecto, WFM, lo define como “una oda a todo lo que odia el heteropatriarcado”. Raúl tiene la necesidad de estar moviéndose siempre y “después de una crisis de identidad muy grande” decidió crear esta canción, por y para él. “Empezó como una idea superloca hace un año”, cuenta, pero al final terminó en lo que siempre soñaba, su propio videoclip. Y no lo tiene muy claro: “No sé si será el comienzo de una carrera musical o simplemente mi carta de presentación. El tiempo dirá, pero estoy muy contento con el resultado”.
En la frase “I can’t even breathe with this corsage, but look how many likes” (perteneciente a la canción) subyace la idea de que para presumir hay que sufrir. En esta premisa Raúl no logra posicionarse ni a favor ni en contra: “Por una parte es muy guay sentirte cómodo y bien vestido, por otra parte todo lo que me gusta no es cómodo. Utilizo mucho látex, tacones imposibles, corsés, etc; y eso es sufrir por un look“.
“Necesitamos influencers implicados, no solo hijos de papá con todos los privilegios de un colectivos cis, rico y blanco”
Cuando le pregunto por cómo los influencers han desbancado a las grandes editoriales de moda, en cuestión de marcar tendencias, sí que es rotundo. “Las editoriales punteras de moda se han quedado obsoletas por las nuevas tecnologías, solo hay que ver lo que vende Dulceida o Paula Gonu”, sentencia. Añade que este fenómeno de relevo no es lo malo: “El problema es que necesitamos influencers implicados, no solo hijos de papá con todos los privilegios de ser un colectivo cis, rico y blanco”.
Y es que de colectivos va la cosa también con la polémica asistencia de Ciudadanos a la manifestación del Orgullo 2019 el pasado fin de semana: “Tenemos que impedir ciertos partidos se cuelguen la banderita del colectivo para posar para Instagram mientras nos quitan los derechos por los que otros lucharon y murieron”, asevera Raúl. Para él la etapa de convulsión política en Madrid, su lugar de residencia, solo la puede describir “con la palabra miedo“.
Podéis seguir todo su trabajo y estar al tanto de si sacará o no más temazos como WFM, seguidlo en su Instagram, herramienta que, según él, actualiza todos los días. También advierte, dejando entrever el futuro de algo que se viene: “A raíz del videoclip me han salido varios proyectos muy interesantes pero todavía es muy pronto para desvelar… ¡Chan chan!”.