El género ha acabado, sólo si quieres
Porque, aunque suene extraño, hay quienes están en contra de una discriminación que sufrimos todxs a diario y que de la que casi nadie es consciente, porque simplemente han aprendido a convivir con que la sociedad nos impone, en base a nuestro género, la ropa que debemos comprar, los colores que debemos de usar e incluso los juguetes con los que jugar. Y aunque ya hay catálogos de juguetes libres de discriminación, donde un niño empodera su masculinidad sobre una scooter rosa y una corona, todavía queda un arduo camino para conseguir la ansiada libertad que nos pertenece.
No te mientas, el simple hecho de que todo lo que lees te suene a que esto no va contigo es porque desde pequeñx te han hecho creer que por tener un sexo u otro debes de usar prendas que supuestamente realcen tu género; pero esto no significa que esto sea del todo cierto. Además, ¿quién es la sociedad, o incluso la moda, para decidir qué es masculino o femenino?
Pues es lo mismo que se preguntan las nuevas vertientes de tribus urbanas, que luchan por una visibilidad real del genderless o el genderfull.
El genderless podríamos definirlo como el más conocido de estas vertientes porque hasta Zara ha sacado una colección sobre ello. El problema es que consiste en quitar todo género a la ropa, dejando así el ridículo catálogo de Zara: Ungendered; que consiste en un hombre y una mujer vistiendo la misma ropa: una sudadera gris, un chándal azul y unas deportivas. Vamos, un uniforme de educación física. No todo el genderless es igual, no nos asustemos. Diseñadores como Xavi Reyes o 44 Store hacen colecciones genderless y la ropa es bonita.
Y por esto se crea el genderfull, porque hay personas que están cansadas de no poder llevar unos tacones sin dejar de ser masculino, o una falda, o un abrigo de pelo rosa o simplemente un traje y unos mocasines; y aun así sin enseñar escote o que se ajuste al cuerpo, seguir siendo femenina.
Entrar en una tienda es ya un acto discriminatorio. Nos están diciendo qué comprar en base a nuestro sexo, porque pongamos el ejemplo de que el genderless no va contigo, que eres una persona que compra en la sección femenina y estás buscando una sudadera parecida a aquella bloguera que viste en Instagram. Ahora bien, entras en la tienda, buscas en tu denomina sección y nada, pero a la salida has de pasar por la sección de chico y ¡BINGO! Ahí está, todo el tiempo había estado ahí y en vez de comprarla al instante te lo piensas porque es “muy de tio…”. Estamos hablando de un trozo de tela sin género.
La moda es una poderosa herramienta de comunicación, con ella puedes decir lo que quieras, puedes expresar tu estado de ánimo e incluso tus metas o ilusiones. Puedes ser quien tú quieras ser y cuando tú quieras, pero no te equivoques. Una prenda no ha de definir tu sexo, tu género o con quien te acuestas. Por el simple hecho de que al ver a una persona vestida de manera diferente a como debería ir vestida por su género creas saber directamente su orientación sexual, no es culpa de la persona que lleva la prenda, sino tuya.