Política para todos y para nadie
Parece que en los últimos tiempos las decisiones que se toman desde el gobierno y que nos atañen a todos nos importan más. Y no creo que sea porque ahora el gobierno tenga más poder sobre el sistema; al contrario, creo humildemente.
Será entonces por la percepción cada vez mayor de la sociedad de implicación, si no directa, emocional y sentimental a la política y a sus representantes. También al escasear los recursos y al sembrarse una desconfianza en lo que se hace con ellos se trata de controlar y seguir más de cerca las decisiones sobre los mismos.
Muchos dicen que no, que ninguna de estas opciones es la que rige el sistema de comunicación y política actual. Se dice que “la política se ha mediatizado”. Los políticos ya no están relegados al espacio de las cadenas de televisión destinado al informativo, ni al de los debates electorales, ni al de las tertulias serias y aburridas de gran profundidad pero ningún sentido. Ahora participan del entretenimiento, son faranduleros 2.0 por obligación, como un medio para llegar a la sociedad que representan, no como un fin de ser grandes estrellas.
La verdad es que los noticieros, escritos, radiofónicos y televisivos, abren con la misma noticia; de carácter político a no ser que el terrorismo hubiera hecho estragos en la democracia las horas anteriores. Política, política y más política. Y la misma política, y los mismos políticos. Y las mismas (malas) decisiones para una gente que ya no es la misma.
No se ha cambiado la política en la misma dirección en la que ha cambiado la sociedad. Se han trazado dos líneas casi paralelas, pero si nos fijamos bien, las líneas siguen siendo secante, separándose cada vez más la una de la otra sin que apenas se note.
Victor Jorge – Redactor Jefe