El revuelo acaba en un “¡Claro!”
El 13 de Octubre se premió con el Nobel de Literatura al cantante mundialmente consagrado Bob Dylan. En palabras de la academia, falló a favor del autor fue por “haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”.
¿Por qué se armó semejante revuelo?
Que si “ya a estas alturas”, que si “hay otros muchos cantautores que…”, que si “ese premio está para resaltar otras cualidades”… Una chorrada en todos los casos.
Pero no contentos con esto se siguió la fiesta. No ha sido hasta 15 días después del anuncio del premiado que Dylan ha abierto la boca. Mientras, el mundo sí que quedaba enmudecido ante ese “desprecio y soberbia”, palabras de la Academia Sueca. Nosotros los españoles será con el olvido que tuvo cuando le otorgaron aquí el Premio Príncipe de Asturias, no nos coge mucho por sorpresa.
Parece que necesitamos algo de lo que hablar, algo sobre lo que criticar, sobre lo que tertuliar mientras esperamos el transporte público o calmamos nuestras necesidades más básicas. No somos capaces de decir: “Anda, pues mira…”, no. Sentimos la obligación de hablar, de expresarnos y de gritar nuestra opinión si la ocasión lo merece.
Al final todos soltamos un grato, esperado y satisfactorio: “¡Claro!”
NoBBBBel…