Abel Bentín – “Lo más dulce y bizarro”
Tras pasar por los coloridos hilos de Jose Romussi en el número anterior, volvemos a cambiar de continente y contenido, pasando de Alemania a Perú, siendo más concretos a la ciudad de Lima. Allí hallaremos a un artista de lo más dulce y bizarro que nos presenta una serie de obras que mezclan (como si de una receta en marmita se tratara) el humor, la crítica, lo clásico y lo pop.
Abel Bentín, diseñador, pintor y escultor, acabó sus estudios en el 2008 en la Facultad de Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica de Perú. A través de su trabajo se nos brinda la oportunidad de poder abrir las puertas a un edulcorado (o eso parece), mundo de sobrestímulos gastronómicos surrealistas donde nada es lo que parece. Sus esculturas con claras referencias pop que se entrelazan con una cierta inocencia naive que nos recuerda a los clásicos dibujos animados, y que desemboca en un duro sentido del humor de lo más crítico; y que, como el helado de lima, posee un toque ácido de lo más adictivo.
Sus esculturas, que beben por un lado de la iconografía consumista americana, con sus donuts, helados, hamburguesas, Bambis y Elvis; y por otro de los clásicos escultóricos europeos como el busto de Louis XVI o las pinturas negras, se anexionan entre sí produciendo surrealistas imágenes tridimensionales, donde las figuras se derriten o son “mancilladas” por conos de helado que son estampados en sus cuerpos. Una vía de desacralización del icono que nos muestra una nueva realidad alejada del mito.
Ejemplo de ello es una de sus obras titulada “Paseo de la justicia”, donde reproduce uno de los míticos leones de la puerta de entrada del Palacio de Justicia de Lima y que reconvierte en un irónico columpio para niños, manifestando con ello un discurso sobre el funcionamiento de la justicia peruana.
También en su obra “Melting Frames” encontramos un discurso que reflexiona sobre el propio arte y su sentido. Esta obra, que viene de un trabajo anterior llamado “Pinturas negras”, se desarrolla bajo la idea del arte tradicional sobre tela, pero cómo este se derrite y desvanece en el mundo contemporáneo, jugando así con la idea de la muerte de la pintura.
Un creativo que desde el humor genera un extraño equilibrio entre lo kitsch y minimalista, conciliando la estética del pasado con lo contemporáneo.