‘Lugares donde encontrarnos’, treinta pedazos de Jorge Abrante Orta
Los treinta textos, tanto en prosa como en verso, de este primer libro del tinerfeño Jorge Abrante Orta son sin duda treinta fragmentos de lo más profundo del autor. Formado como Ingeniero Técnico Industrial en la ULL, parece que su especialización ha consistido en la industria literaria, declarándose un apasionado por la escritura tanto en prosa como en poesía. ‘Lugares donde encontrarnos’ es un paseo por lo más profundo de sus sentimientos y pensamientos, un ejercicio de exposición del sentir y el pensar más personal. O, por lo menos, eso parece.
La recopilación, dividida en tres apartados, la hace desde fuera hacia adentro, desde situaciones cotidianas hasta las más extraordinarias, como la travesía de refugiados. Critica la situación, pero no solo esta. Alude también a los tiempos contemporáneos de estrés y ansiedad, de interconectividad y no desconexión haciendo ver el dormir como un espacio en el que “sentirse libre”.
Continúa hacia los asuntos de dos (o más) personas. El amor, el desamor, el sexo, la pasión, el sentirse vivo. Romántico y bucólico, pero siempre con un punto de realidad que te impide terminar de echarte a volar y olvidar lo que es el amor. También habla de amor, de amor callado. Del amor que se tiene y que se vive sólo de una parte de la misma manera que si fuera mutuo. De amor en la distancia, incierto, como pendiente de un hilo.
Y aún va más profundo, ya en las cosas de uno. Describe, por ejemplo, una manera trágica pero efectiva de encontrar la libertad y reengancharse a la vida, de dar carpetazo, como con un balazo, a las negruras de la vida. En ‘Reflexiones de un solitario’ es donde más se nota las habilidades rítmicas de Abrante Orta, leyéndolo casi como si sonara música de fondo. Liberta, soledad, miedo, olvido. La profundidad del abismo que todos tenemos y a la que él se lanza.
Al finalizar el libro me quedo con la sensación de que he sido pasajero de un viaje perfectamente diseñado. Ritmo, precisión y crudeza, pero una crudeza bella, reflexiva. Un libro que al acabar de leer no puedes seguir inmediatamente después con otra cosa. Atrapa tus pensamientos por un rato, como si tuvieran un lugar donde encontrarse.
Me quedo con la impresión, y el deseo, de que no tardaré en viajar de nuevo (a otro destino) de la mano del mismo guía: Jorge Abrante Orta.