ARCO 2017 – País invitado: Argentina
Arte que provoca, para bien o para mal, a veces desagradable y en otras ocasiones molesto, aunque también puede ser estéticamente bello. Que transmita, que grite y nos muestre los recovecos de nuestra mente y nuestro tiempo. Esto es ARCO 2017.
Entre la inmensidad de Ifema y sus pasillos laberínticos nos topamos con 200 galerías. Un número considerable, para ser exactos 164, integran el Programa General y a ello debemos sumarle como país invitado Argentina Plataforma con 12 galerías, Diálogos con 12 y Opening con 18.
Este año como hemos observado, como también en 2016, la experiencia se centra más en el impacto y crítica política más que en el asombro estético. Por ello debemos mencionar a uno de los más llamativos de Ifema este año: Eugenio Merino. Su obra Pasaporte de rescate nos impacta por su crudeza ya que su trabajo consiste en pasaportes sirios, turcos, jordanos y libios envueltos en mantas térmicas de color dorado, las utilizadas por las ONG’s para cubrir a los inmigrantes recién llegados. El artista, el cual trabaja para la galería catalana ADN, ya había tocado temas políticos, como Franco encerrado en una nevera o Fidel Castro convertido en zombie; lo cual era un punto más que cómico pero con un elevado contenido político. Sin embargo con este trabajo nos hiela, siendo una obra critica al trato refugiado que, al igual que en su obra, somos meros espectadores lamentando una circunstancia que no intentamos cambiar.
Con una temática también reivindicativa y social, pero mucho más esperanzadora, destacamos la obra Our silence collected in a Book de Lia Perjovschi. Utiliza varios recortes de guías de viaje de distintos lugares para hacer una esfera que representa el mundo. Es así como acerca las distintas sociedades del mundo mostrando sus diferencias pero, al fin y al cabo, unidas.
Con una obra más figurativa debemos destacar al argentino Nicola Costantino. Con una mirada nostálgica y de carácter conmemorativo a el Bosco y a su Jardín de las delicias, rebautizando como El jardin de las delicias nunca es verde. Está compuesto por una escultura de cuatro metros de altura gracias a la tecnología 3D. También reproduce en yeso del cuerpo de la artista adoptando diferentes posiciones representando el pecado. Observamos imágenes de Jerusalén en llamas, criaturas monstruosas y una gran referencia al infierno.
No nos podemos olvidar de Juan Muñoz y su escultura Three man laughing at one la cual alcanzó los 1,5 millones, siendo la obra más cara de la galería Elvira Gonzalez. Se trata de un grupo escultórico de tres hombres riendo con dados en la boca.
Este año podemos ver la importancia en los juegos con objetos lumínicos como Grande sognatrice de Fabrizio Corneli. Este es un guiño a la magia pero, gracias a los cálculos matemáticos y piezas tecnológicas, se consigue esta apuesta por el espejismo.
No nos podemos olvidar de la escultura de Alexander Calder The red base, con un dinamismo curvo interesante a pesar de estar fechada en 1969. Igualmente debemos destacar El triunfo de Nautilus de Dalí, que lo trae la galería Mayoral en su primer año de feria. No solo los contemporáneos merecen un puesto en ARCO, acompañándoles obras de Miró, Tápies, Saura o David Hockney.
Una de las obras más curiosas es Mirror de Anis Kappor. Esta pieza hipnótica nos crea la ilusión de estar ante un pequeño estanque, aunque realmente es un agua simulada con tonos verdes y rosados. Global cooling lamp de Olafur Eliasson es otra de las grandes apuestas de este año. Estamos ante una de las obras más atractivas de todas las miradas.
Todo esto y mucho más ha sido ARCO 2017. Sin lugar a dudas una escapada muy recomendable para los amantes del Arte. Si este año no habéis podido ir, no dudéis en visitar Ifema el año que viene.